La cólera humana tendrá que reconocerte, los que sobrevivan al castigo te rodearán.
Apocalipsis 6:6 - Nueva Biblia Española (1975) Me pareció oír una voz que salía de entre los cuatro vivientes y que decía: 'Un cuartillo de trigo, una moneda de plata; tres cuartillos de cebada, una moneda de plata; al aceite y al vino, no los dañes'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. Biblia Nueva Traducción Viviente Y oí que una voz que salió de entre los cuatro seres vivientes decía: «Un pan de trigo o tres panes de cebada costarán el salario de un día. Y no desperdicies el aceite de oliva y el vino». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces se escuchó una voz de en medio de los cuatro Seres que decía: 'Una medida de trigo por una moneda de plata; tres medidas de cebada por una moneda también; ya no gastes el aceite y el vino. La Biblia Textual 3a Edicion Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Un cuartillo de trigo por un denario, y tres cuartillos de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: 'Una medida de trigo por denario; y tres medidas de cebada por denario. Pero el aceite y el vino no los dañes'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Una medida de trigo por un denario, y tres medidas de cebada por un denario; y no hagas daño al vino ni al aceite. |
La cólera humana tendrá que reconocerte, los que sobrevivan al castigo te rodearán.
Porque se alzará nación contra nación y reino contra reino, habrá hambre y terremotos en diversos lugares,
y delante se extiende una especie de mar, transparente como cristal. En el centro, alrededor del trono, había cuatro vivientes tachonados de destellos' por delante y por detrás;
Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas, estaban tachonados de destellos por un lado y por otro. Día y noche cantan sin pausa: ¡Santo, santo, santo es el Señor, soberano de todo, el que era y es y ha de venir!
'No dañen a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente con el sello a los siervos de nuestro Dios'.
Se les ordenó que no hicieran daño a la hierba ni a nada verde ni a ningún árbol, sino sólo a los hombres que no llevan la marca de Dios en la frente.