Apocalipsis 2:17 - Nueva Biblia Española (1975) Quién tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. Al que salga vencedor le daré maná escondido y le daré también una piedra blanca; la piedra lleva escrito un nombre nuevo que sólo sabe el que lo recibe. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Biblia Nueva Traducción Viviente »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. A todos los que salgan vencedores, les daré del maná que ha sido escondido en el cielo. Y le daré a cada uno una piedra blanca, y en la piedra estará grabado un nombre nuevo que nadie comprende aparte de aquel que lo recibe. Biblia Católica (Latinoamericana) El que tenga oídos, oiga este mensaje del Espíritu a las Iglesias: 'Al vencedor le daré un maná misterioso. Le daré también una piedra blanca con un nombre nuevo grabado en ella que sólo conoce el que lo recibe. La Biblia Textual 3a Edicion El que tiene oído, oiga qué dice el Espíritu a las iglesias. Al que venza, le daré del maná escondido,° y le daré una piedrecita° blanca, y esculpido en la piedrecita un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias. Al que venza, le daré el maná escondido y una piedrecita blanca sobre la que habrá escrito un nombre que nadie conoce sino el que lo recibe'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. |
se nutren de la enjundia de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias.
Moisés ordenó a Aarón: Toma una jarra, mete en ella dos litros de maná y colócalo ante el Señor; que se conserve para las generaciones futuras.
Conoce el corazón su propia amargura y en su gozo no se mezcla el extraño.
porque el Señor aborrece al perverso, pero se confía a los hombres rectos;
Porque así dice el Señor: A los eunucos que guarden mis sábados, que escojan lo que me agrada y perseveren en mi alianza,
les daré en mi casa y en mis murallas Un monumento y un nombre mejores que hijos e hijas; nombre eterno les daré que no se extinguirá.
Los pueblos verán tu justicia, y los reyes, tu gloria; te pondrán un nombre nuevo impuesto por la boca del Señor.
Por eso, así dice el Señor: Miren: mis siervos comerán, y ustedes pasarán hambre; miren: mis siervos beberán, y ustedes tendrán sed; miren: mis siervos estarán alegres, y ustedes avergonzados;
Legarán su nombre a mis elegidos como fórmula de imprecación. A ustedes el Señor les dará muerte, y a sus siervos les dará otro nombre.
El les contestó: Ustedes están ya capacitados para comprender los secretos del reinado de Dios; ellos, en cambio, no lo están.
El les dijo: Yo tengo para comer un alimento que vosotros no conocéis.
El hombre de tejas abajo no acepta la manera de ser del Espíritu de Dios, le parece una locura; y no puede captarla porque hay que enjuiciarla con el criterio del Espíritu.
delante de los cuatro vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo. Nadie podía aprender aquel cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra.
En la capa y en el muslo llevaba escrito un título: 'Rey de reyes y Señor de señores'.
Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda.
Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. Al que salga vencedor le concederé comer del árbol de la vida, que está en el jardín de Dios.