vi. la gloria del Dios de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas; la tierra reflejó su gloria.
Apocalipsis 18:1 - Nueva Biblia Española (1975) Vi después otro ángel que bajaba del cielo; venía con gran autoridad y su resplandor iluminó la tierra. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Biblia Nueva Traducción Viviente Después de todo esto vi que otro ángel bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se iluminó con su resplandor. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de esto vi bajar del cielo a otro ángel. Era tan grande su poder, que toda la tierra quedó iluminada por su resplandor. La Biblia Textual 3a Edicion Después de estas cosas vi a otro ángel descender del cielo, teniendo gran autoridad, y la tierra fue iluminada con su resplandor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después vi otro ángel que bajaba del cielo; tenía gran poder y su gloria iluminó la tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo gran poder; y la tierra fue alumbrada de su gloria. |
vi. la gloria del Dios de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas; la tierra reflejó su gloria.
porque igual que el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del horizonte, así ocurrirá con este Hombre en su día.
aparecerá el impío, a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca' y aniquilará con el esplendor de su venida.
Vi entonces otro ángel vigoroso que bajaba del cielo envuelto en una nube; el arco iris aureolaba su cabeza, su rostro parecía el sol y sus piernas columnas de fuego.
Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y me habló así: 'Ven acá, voy a mostrarte la sentencia de la gran prostituta que está sentada al borde del océano,
El ángel me dijo: '¿Por qué razón te admiras? Yo te explicaré el simbolismo de la mujer y de la fiera que la lleva, la de las siete cabezas y los diez cuernos.
La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.