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2 Samuel 8:12 - Nueva Biblia Española (1975)

(Edom, Moab, los amonitas, filisteos y Amalee) y había consagrado al Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

de los sirios, de los moabitas, de los amonitas, de los filisteos, de los amalecitas, y del botín de Hadad-ezer hijo de Rehob, rey de Soba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—de Edom, de Moab, de Amón, de Filistea y de Amalec— y de Hadad-ezer hijo de Rehob, rey de Soba.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Aram, Moab, los amonitas, los filisteos, Amalec; también estaba allí el tesoro que había quitado a Hadadezer, hijo de Rejob, rey de Saba.

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La Biblia Textual 3a Edicion

De Aram, de Moab, de los amonitas, de los filisteos, de Amalec y del despojo de Hadad-ezer hijo de Rehob, rey de Soba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

de Edom, Moab y Amón, de los filisteos y amalecitas, y asimismo del botín de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

De Siria, de Moab, de los hijos de Amón, de los filisteos, de Amalec, y del despojo de Hadad-ezer, hijo de Rehob, rey de Soba.

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2 Samuel 8:12
10 Tagairtí Cros  

con esta consigna: Si los sirios me vencen, ven a librarme, y si los amonitas te vencen a ti, yo iré a librarte.


Los amonitas, al ver que los sirios huían, huyeron también ellos ante Abisay, y se metieron en la ciudad. Joab se volvió a Jerusalén, suspendiendo el ataque a los amonitas.


Derrotó a Moab: los hizo echarse en tierra y los midió a cordel; midió dos cuerdas de condenados a muerte, y dejó con vida a otra cuerda. Moab pasó a David en calidad de vasallo tributario.


El rey David consagró al Señor estos regalos, añadiéndolos a la plata y al oro que había tomado a las naciones de Edom, Moab, los amonitas, filisteos y A malee.


Capturó vivo a Agag, rey de Amalee, pero a su ejército lo pasó a cuchillo.


Solía subir con su gente a saquear a los guesureos, a los guirsitas y a los amalecitas, los pueblos que habitaban la zona que va desde Telan hasta el paso de La Muralla y hasta Egipto.


David recobró todo lo que habían robado los amalecitas, incluidas sus dos mujeres.


Después volvió David a donde estaban los doscientos hombres que, demasiado cansados para seguirlo, se habían quedado en la vaguada de Besor. Salieron a recibir a David y a su gente, y cuando llegaron, los saludaron.