Tú me dijiste: Te daré bienes, haré tu descendencia como la arena innumerable de la playa'.
2 Samuel 7:25 - Nueva Biblia Española (1975) Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho. Biblia Nueva Traducción Viviente »Y ahora, oh Señor Dios, yo soy tu siervo; haz lo que prometiste respecto a mí y a mi familia. Confírmalo como una promesa que durará para siempre. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora pues, Señor Yavé, haz que sea siempre cierta la palabra que acabas de pronunciar respecto a tu servidor y a su familia; haz lo que dijiste. La Biblia Textual 3a Edicion Ahora pues, YHVH ’Elohim, confirma para siempre la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, y haz como Tú has dicho. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ahora, pues, Yahveh Dios, mantén por siempre la palabra que has empeñado en favor de tu siervo y de su casa, y haz conforme a lo que has hablado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho. |
Tú me dijiste: Te daré bienes, haré tu descendencia como la arena innumerable de la playa'.
Has establecido a tu pueblo, Israel, como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios.
Que tu nombre sea siempre famoso. Que digan: '¡El Señor de los ejércitos es Dios de Israel!'. Y que la casa de tu siervo David permanezca en tu presencia.
para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: 'Si tus hijos saben comportarse, procediendo sinceramente de acuerdo conmigo, con todo el corazón y con toda el alma, no te faltará un descendiente en el trono de Israel'.
Ahora, pues, Dios de Israel, confirma la promesa que hiciste a mi padre, David, siervo tuyo.
Ahora, pues, Señor, Dios de Israel, mantén en favor de tu siervo, mi padre, David, ¡a promesa que le hiciste:
Recuerda la palabra que diste a tu siervo, de la que hiciste mi esperanza;
Esto dice el Señor: Me dejaré suplicar por la casa de Israel y le concederé esto: acrecentaré su población como un rebaño.
Su marido, Elcaná, le respondió: Haz lo que te parezca mejor; quédate hasta que dejes de darle el pecho. Y que el Señor te conceda cumplir tu promesa. Ana se quedó en casa y crió a su hijo