El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Hembra, porque la han sacado del Hombre.
2 Samuel 19:12 - Nueva Biblia Española (1975) Son mis parientes, de mi carne y sangre. No se queden los últimos en llamar al rey'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Vosotros sois mis hermanos; mis huesos y mi carne sois. ¿Por qué, pues, seréis vosotros los postreros en hacer volver al rey? Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Ustedes son mis parientes, mi propia tribu, mi misma sangre! ¿Por qué son los últimos en dar la bienvenida al rey?». Biblia Católica (Latinoamericana) Todo lo que se decía en Israel llegaba a oídos del rey. El rey dio este encargo a los sacerdotes Sadoc y Ebiatar: 'Transmitan este mensaje a los ancianos de Judá: '¿Por que han de ser ustedes los últimos en reinstalar al rey en su casa?' La Biblia Textual 3a Edicion Sois mis hermanos, mi hueso y mi carne sois; entonces ¿por qué seréis vosotros los postreros en hacer volver al rey? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llegaron al rey las palabras que se decían por todo Israel. Y el rey David mandó a decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: 'Hablad así a los ancianos de Judá: '¿Por qué habéis de ser los últimos en hacer que vuelva el rey a su palacio? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vosotros sois mis hermanos; mis huesos y mi carne sois: ¿por qué, pues, seréis vosotros los últimos en hacer volver al rey? |
El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Hembra, porque la han sacado del Hombre.
Labán le dijo: Eres de mi carne y sangre. Jacob se quedó con él un mes.
Y los israelitas fueron al rey a decirle: ¿Por qué te han acaparado nuestros hermanos de Judá y han ayudado al rey, a su familia y a toda su gente a pasar el Jordán?
Pero todo Judá respondió a los de Israel: ¡Es que el rey es más pariente nuestro! ¿Por qué se molestan? Ni hemos comido nosotros a costa del rey ni hemos sacado provecho.
Todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a decirle a David: Aquí nos tienes. Somos de la misma sangre.
Sadoc, hijo de Ajitob, y Abiatar, hijo de Ajimelec, sacerdotes; Sisa, cronista;
Digan a los siquemitas: ¿Qué les conviene más, que los gobiernen setenta, es decir, todos los hijos de Yerubaal, o que los gobierne uno solo? Y no olviden que yo soy de su sangre.