Todos sus hijos e hijas intentaron consolarlo, pero él rehusó el consuelo, diciendo: De luto por mi hijo bajaré a la tumba. Y su padre lo lloró.
2 Samuel 19:1 - Nueva Biblia Española (1975) A Joab le avisaron: El rey está llorando y lamentándose por Absalón. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón. Biblia Nueva Traducción Viviente Pronto le llegó a Joab la noticia de que el rey estaba llorando y haciendo duelo por Absalón. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey entonces se conmocionó, subió a la pieza que había encima de la puerta y se puso a llorar. Caminando de uno a otro lado hablaba así: '¡Hijo mío Absalón! ¡Hijo mío! ¡Hijo mío Absalón! ¿Por qué no morí yo en vez de ti? ¡Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío!' La Biblia Textual 3a Edicion Y avisaron a Joab: ¡He aquí el rey está llorando y endechando a causa de Absalón! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Conturbóse el rey. Subió al aposento superior de la puerta y rompió a llorar. Y mientras subía, iba exclamando: '¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón. |
Todos sus hijos e hijas intentaron consolarlo, pero él rehusó el consuelo, diciendo: De luto por mi hijo bajaré a la tumba. Y su padre lo lloró.
Pero el hombre le respondió: Aunque sintiera yo en la palma de la mano el peso de mil monedas de plata, no atentaría contra el hijo del rey; estábamos presentes cuando el rey te encargó a ti, a Abisay y a Itay que le cuidaran a su hijo Absalón.
Entonces Joab dijo: ¡No voy a andar con contemplaciones por tu culpa! Agarro tres venablos y se los clavó en el corazón a Absalón, todavía vivo en el ramaje de la encina.
Pero Joab le dijo: No lleves tú hoy la buena noticia, porque ha muerto el hijo del rey. Ya lo harás otro día.
Entonces el rey se estremeció, subió al mirador de encima de la puerta y se echó a llorar, diciendo mientras subía: ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Ojalá hubiera muerto yo en vez de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!
El rey dio este encargo a Joab, Abisay e Itay: ¡Cuídenme al muchacho, a Absalón! Y todos oyeron el encargo del rey a sus generales.
Así, la victoria de aquel día fue duelo para el ejército, porque los soldados oyeron decir que el rey estaba afligido a causa de su hijo.
Sobre la dinastía davídica y los vecinos de Jerusalén derramaré un espíritu de compunción y de pedir perdón. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora a un primogénito.