Joab se postró rostro en tierra, haciendo una reverencia, y dio las gracias al rey. Majestad, hoy he visto que estás bien dispuesto conmigo, pues has accedido a la petición de tu siervo.
2 Samuel 16:4 - Nueva Biblia Española (1975) Entonces el rey dijo a Sibá: Todo lo de Meribaal es tuyo. Sibá dijo: A tus pies, majestad. ¡Gracias por el favor que me otorgas! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces el rey dijo a Siba: He aquí, sea tuyo todo lo que tiene Mefi-boset. Y respondió Siba inclinándose: Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti. Biblia Nueva Traducción Viviente —En ese caso —le dijo el rey a Siba—, te doy todo lo que le pertenece a Mefiboset. —Me inclino ante usted —respondió Siba—, que yo siempre pueda complacerlo, mi señor el rey. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey dijo a Siba: 'Todo lo que tiene Meribaal te pertenece'. Siba respondió: '¡Sólo puedo inclinarme, que siempre cuente con el favor del rey mi señor!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey dijo a Siba: ¡He aquí que todo lo que pertenece a Mefi-boset es tuyo! Y Siba dijo: ¡Oh rey señor mío, me postro y espero hallar gracia ante tus ojos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces el rey dijo a Sibá: 'Para ti será todo lo que pertenece a Meribaal'. Respondió Sibá: 'Me postro ante ti. ¡Goce yo de tu favor, oh rey, mi señor!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey dijo a Siba: He aquí, sea tuyo todo lo que tiene Mefiboset. Y Siba inclinándose, respondió: Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti. |
Joab se postró rostro en tierra, haciendo una reverencia, y dio las gracias al rey. Majestad, hoy he visto que estás bien dispuesto conmigo, pues has accedido a la petición de tu siervo.
Mujer de Tecua.-(Presentándose al rey y cayendo rostro en tierra). Majestad, ¡sálvame!
El rey preguntó: ¿Y dónde está el hijo de tu señor? Sibá respondió: Queda en Jerusalén, porque espera que la casa de Israel le devuelva ahora el reino de su padre.
Al llegar el rey David a Bajurín, salió de allí uno de la familia de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá, insultándolo según venía.
Pero mi siervo me calumnió ante su majestad. Con todo, su majestad es como un enviado de Dios; haz; pues, lo que te parezca bien.
Así se presentó a David Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl. Cayó sobre su rostro, prosternándose, y David dijo: ¿Eres Meribaal? El respondió: Servidor.
El rey llamó entonces a Sibá, sirviente de Saúl, y le dijo: Todas las posesiones de Saúl y su familia se las entrego al hijo de tu señor.
No aceptarás soborno, porque 'el soborno ciega al perspicaz y falsea la causa del inocente'.
El primero que se defiende tiene razón, hasta que llega el otro y le interroga.
No es válido el testimonio de uno solo contra nadie, en cualquier caso de pecado, culpa o delito. Sólo por la declaración de dos o de tres testigos se podrá fallar una causa.