Entonces el rey dijo a Sibá: Todo lo de Meribaal es tuyo. Sibá dijo: A tus pies, majestad. ¡Gracias por el favor que me otorgas!
2 Samuel 16:3 - Nueva Biblia Española (1975) El rey preguntó: ¿Y dónde está el hijo de tu señor? Sibá respondió: Queda en Jerusalén, porque espera que la casa de Israel le devuelva ahora el reino de su padre. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió al rey: He aquí él se ha quedado en Jerusalén, porque ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi padre. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Y dónde está Mefiboset, el nieto de Saúl? —le preguntó el rey. —Se quedó en Jerusalén —contestó Siba—. Dijo: “Hoy recobraré el reino de mi abuelo Saúl”. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces le dijo el rey: 'Pero, dónde está el hijo de tu señor Saúl?' Siba dijo al rey: 'Se quedó en Jerusalén, pues piensa que la casa de Israel le devolverá hoy la realeza de su padre'. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu amo? Y Siba respondió al rey: He aquí se ha quedado en Jerusalem porque dijo: ¡Hoy mismo la casa de Israel me devolverá el reino de mi padre! Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey le preguntó: '¿Y dónde está el hijo de tu señor?'. Sibá replicó al rey: 'Se ha quedado en Jerusalén, porque piensa: 'Hoy me ha de restituir la casa de Israel el reino de mi padre''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió al rey: He aquí él se ha quedado en Jerusalén, porque ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi padre. |
Entonces el rey dijo a Sibá: Todo lo de Meribaal es tuyo. Sibá dijo: A tus pies, majestad. ¡Gracias por el favor que me otorgas!
al que en secreto difama a su prójimo lo haré callar; ojos engreídos, mentes ambiciosas, no los soportaré;
el que habla sinceramente y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo ni difama a su vecino,
No se fíen del prójimo, no confíen en el amigo, guarda la puerta de tu boca de la que duerme en tus brazos;
¡Ay de ellos! Se metieron por la senda de Caín, por dinero cayeron en la aberración de Balaán y perecieron en el motín de Coré.