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2 Samuel 16:11 - Nueva Biblia Española (1975)

Luego dijo David a Abisay y a todos sus cortesanos: Ya ven. Un hijo mío, salido de mis entrañas, intenta matarme, ¡y les extraña ese benjaminita! Dejen que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces David les dijo a Abisai y a sus sirvientes: —Mi propio hijo quiere matarme, ¿acaso no tiene este pariente de Saúl todavía más motivos para hacerlo? Déjenlo en paz y permítanle que maldiga, porque el Señor le dijo que lo hiciera.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

David dijo entonces a Abisaí y a sus servidores: 'Si mi hijo, el que salió de mí, quiere atentar contra mi vida, con cuánta mayor razón ese hombre de Benjamín. Déjenlo que maldiga si Yavé se lo dijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y David dijo a Abisai y a todos sus siervos: He aquí que mi mismo hijo, que salió de mis entrañas, va buscando mi vida ¿cuánto más ahora este benjamita? Dejadlo que siga maldiciendo, pues así se lo ha dicho YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y añadió David a Abisay y a todos sus servidores: 'Si mi hijo, que salió de mis entrañas, atenta contra mi vida, ¿cuánto más ahora un benjaminita? Dejadle que me siga maldiciendo, pues se lo manda Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha a mi vida: ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, que Jehová se lo ha dicho.

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2 Samuel 16:11
14 Tagairtí Cros  

Pero el Señor le dijo lo siguiente: No te heredará ése; uno salido de tus entrañas te heredará.


Pero ahora no se preocupen ni les pese el haberme vendido aquí; para su bien me envió Dios delante de ustedes.


Estaba allí por casualidad un desalmado llamado Sebá, hijo de Bicrí, benjaminita, que tocó la trompa, y dijo: ¿Qué nos repartimos nosotros con David? ¡No heredamos juntos con el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel!


dijo el rey al profeta Natán: Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, mientras el arca de Dios vive en una tienda.


Y un día, mientras estaba postrado en el templo de su dios Nisroc, Adramélec y Saréser lo asesinaron, y escaparon al territorio de Ararat. Su hijo Asaradón le sucedió en el trono.


Entonces el Señor envió un ángel, que aniquiló a todos los soldados y a los jefes y oficiales del campamento del rey asirio. Este volvió a su país derrotado, y una vez que entró en el templo de su dios lo asesinaron allí sus propios hijos.


Que ellos maldigan: bendíceme tú, fracasen mis enemigos, mientras tu siervo se alegra;


Y si un profeta, dejándose engañar, pronuncia un oráculo, yo, el Señor, lo dejaré en su engaño; extenderé mi mano contra él y lo eliminaré de mi pueblo, Israel.


¿Acaso les di yo preceptos no buenos, mandamientos que no les darían la vida?


Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y un padre a su hijo; los hijos denunciarán a sus padres y los harán morir.


Que su majestad se digne escucharme: si es el Señor quien te instiga contra mí, apláquese con una oblación; pero si son los hombres, ¡malditos sean de Dios!, porque me expulsan hoy y me impiden participar en la herencia del Señor, diciéndome que vaya a servir a otros dioses.