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2 Samuel 12:5 - Nueva Biblia Española (1975)

David se puso furioso contra aquel hombre, y dijo a Natán: ¡Vive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte!

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces David se puso furioso. —¡Tan cierto como que el Señor vive —juró—, cualquier hombre que haga semejante cosa merece la muerte!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

David se enojó mucho con ese hombre y dijo a Natán: 'Por Yavé que vive, el hombre que hizo eso merece la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces el furor de David se encendió en gran manera contra aquel hombre y dijo a Natán: ¡Vive YHVH, que el hombre que hizo tal cosa es digno de muerte!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se encendió sobremanera la cólera de David contra aquel hombre, y dijo a Natán: '¡Por vida de Yahveh, que el que tal hizo es reo de muerte!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte.

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2 Samuel 12:5
10 Tagairtí Cros  

Al tercer mes le informaron a Judá: Tamar, tu nuera, se ha prostituido, y fíjate, ha concebido un hijo adulterino. Judá dijo: Que la saquen y la quemen.


Llegó una visita a casa del rico, y no queriendo perder una oveja o un buey, para invitar a su huésped, tomó la cordera del pobre y convidó a su huésped.


Rey Vete a casa, que yo me encargo de tu asunto.


Por eso tú, amigo el que seas, que te constituyes en juez, no tienes disculpa; al dar sentencia contra el otro te estás condenando a ti mismo, porque tú, el juez, te portas igual.


Porque, ¡vive el Señor, salvador de Israel!, aunque sea mi hijo Jonatán, morirá sin remedio. Nadie le respondió.


Mientras el hijo de Jesé esté vivo sobre la tierra, ni tú ni tu reino estarán seguros. Así que manda a buscármelo, porque merece la muerte.


¡No te has portado bien! ¡Vive Dios, que merecen ustedes la muerte por no haber guardado al rey, su señor, al ungido del Señor! Mira dónde está la lanza del rey y el jarro que tenía a la cabecera.