Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues por su medio el Señor había dado la victoria a Siria; pero estaba enfermo de la piel.
2 Reyes 7:3 - Nueva Biblia Española (1975) Junto a la entrada de la ciudad había cuatro hombres leprosos. Y se dijeron: ¿Qué hacemos aquí esperando la muerte? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Biblia Nueva Traducción Viviente Sucedió que había cuatro hombres con lepra sentados en la entrada de las puertas de la ciudad. «¿De qué nos sirve sentarnos aquí a esperar la muerte? —se preguntaban unos a otros—. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuatro leprosos que estaban cerca de la puerta de la ciudad, se dijeron unos a otros: '¿Para qué nos quedamos aquí esperando la muerte?' La Biblia Textual 3a Edicion Y había cuatro leprosos a la entrada de la puerta que se habían dicho: ¿Por qué nos quedamos aquí hasta morir? Biblia Serafín de Ausejo 1975 A la entrada de la puerta había cuatro leprosos que se decían unos a otros: '¿Para qué estamos sentados aquí esperando la muerte? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales se dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? |
Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues por su medio el Señor había dado la victoria a Siria; pero estaba enfermo de la piel.
Si nos decidimos a entrar en la ciudad, moriremos dentro, porque aprieta el hambre; y si nos quedamos aquí, moriremos lo mismo. ¡Venga, vamos a pasarnos a los sirios! Si nos dejan con vida, viviremos; y si nos matan, nos mataron.
El rey estaba hablando con Guejazí, sirviente del profeta: Cuéntame todos los milagros de Eliseo.
así no morirán a espada, de hambre y peste, como dijo el Señor a los pueblos que no se sometan al rey de Babilonia.
¿Qué hacemos aquí sentados? Reunámonos, entremos en las plazas fuertes, para morir allí; porque el Señor, nuestro Dios, nos deja morir, nos da a beber agua envenenada, porque pecamos contra el Señor.
Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida.
El Señor respondió: Si su padre le hubiera escupido en la cara, habría quedado infamada siete días. Confínenla siete días fuera del campamento y al séptimo se incorporará de nuevo.