Mi orgullo es el testimonio de mi conciencia; ella me asegura que trato con todo el mundo, y no digamos con ustedes, con la sinceridad y candor que Dios da, y no por saber humano, sino por gracia de Dios,
2 Corintios 12:16 - Nueva Biblia Española (1975) Pase, dirán algunos, que yo no he sido una carga para ustedes; pero como soy tan astuto, los he cazado con engaño. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero admitiendo esto, que yo no os he sido carga, sino que como soy astuto, os prendí por engaño, Biblia Nueva Traducción Viviente Algunos de ustedes admiten que no les fui una carga, pero otros todavía piensan que fui muy astuto y que me aproveché de ustedes con engaños. Biblia Católica (Latinoamericana) Está claro que no fui una carga para ustedes, pero ¿no habrá sido para así estafarlos mejor? La Biblia Textual 3a Edicion Pero admitiendo esto, que me hice una carga para vosotros, no obstante, diréis° que, siendo astuto, os prendí con engaño. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Bien, dirán algunos, no fui carga para vosotros, pero, como soy astuto, os he cazado con trampa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) mas sea así: Yo no fui carga a vosotros; sino que, como soy astuto, os he tomado con engaño. |
Mi orgullo es el testimonio de mi conciencia; ella me asegura que trato con todo el mundo, y no digamos con ustedes, con la sinceridad y candor que Dios da, y no por saber humano, sino por gracia de Dios,
Si uno los esclaviza, si los explota, si los engaña, si se da importancia, si los abofetea en la cara, se lo aguantan.
¿Qué tienen que envidiar a otras comunidades, excepto que yo no fui una carga para ustedes? Perdónenme esta injuria.
al contrario, hemos renunciado a manejos vergonzosos, dejándonos de intrigas y no falseando el mensaje de Dios; en vez de eso, manifestando la verdad, nos recomendamos a la íntima conciencia que tiene todo hombre ante Dios.
a través de honra y afrenta, de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad,
Hágannos un hueco: a nadie ofendimos, a nadie arruinamos, a nadie explotamos.
Es que nuestra exhortación no nace de error ni de motivos sucios ni de doblez;
Como bien saben, nunca hemos tenido palabras aduladoras ni codicia disimulada -bien lo sabe Dios-;