Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: Hijo mío. Contestó: Aquí estoy.
1 Samuel 3:2 - Nueva Biblia Española (1975) Un día Eli estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, Biblia Nueva Traducción Viviente Una noche, Elí, que para entonces estaba casi ciego, ya se había acostado. Biblia Católica (Latinoamericana) Ese día estaba Helí acostado en su cama; sus ojos estaban tan débiles que ya no veía. La Biblia Textual 3a Edicion Por ese tiempo aconteció que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse y no podía ver, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cierto día Elí estaba ya acostado en su aposento. Sus ojos habían comenzado a debilitarse y no podía ver. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse, que no podía ver, |
Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: Hijo mío. Contestó: Aquí estoy.
Israel tenía la vista débil por la vejez y casi no veía. Cuando se los acercaron, los besó y los abrazó.
El padre rehusó, diciendo: Lo sé, hijo mío, lo sé. También él se hará un pueblo y crecerá, pero su hermano será más grande que él y su descendencia será una multitud de naciones.
Así lo hizo; se puso en camino hacia Silo y entró en casa de Ajías. Ajías estaba casi ciego, tenía los ojos apagados por la vejez,
Aunque uno viva setenta años y el más robusto hasta ochenta, su afán es fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan.
Ese día temblarán los guardianes de casa y los robustos se encorvarán, las que muelen serán pocas y se pararán, las que miran por las ventanas se ofuscarán,
Eli era muy viejo. A veces oía cómo trataban sus hijos a todos los israelitas y que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda del encuentro.
Elí había cumplido noventa y ocho años; tenía los ojos inmóviles, sin poder ver.