1 Samuel 24:8 - Nueva Biblia Española (1975) David se levantó, salió de la cueva detrás de Saúl y le gritó: ¡Majestad! Saúl se volvió a ver, y David se postró rostro en tierra, rindiéndole homenaje. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia. Biblia Nueva Traducción Viviente David salió y le gritó: —¡Mi señor el rey! Cuando Saúl miró hacia atrás, David se inclinó hasta el suelo delante de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Y mediante esas palabras David impidió que sus hombres se lanzaran contra Saúl. David se paró y fue a cortar suavemente un trozo del manto de Saúl, La Biblia Textual 3a Edicion Enseguida se levantó también David, y saliendo de la cueva dio voces tras Saúl, diciendo: ¡Oh rey señor mío! Y mirando Saúl tras de sí, David inclinó su rostro a tierra y se postró. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y con estas palabras contuvo a sus hombres y no les permitió que se arrojaran sobre Saúl. Saúl se levantó, salió de la cueva y siguió su camino. Biblia Reina Valera Gómez (2023) También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces a las espaldas de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y como Saúl miró atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia. |
Betsabé se inclinó rostro en tierra ante el rey, y dijo: ¡Viva siempre el rey David, mi señor!
Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tu vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.
Paguen a cada uno lo que le deban: impuesto, contribución, respeto, honor, lo que le corresponda.
Muestren consideración a todo el mundo, amen a sus hermanos, respeten a Dios, honren al emperador.
Mientras el muchacho se marchaba, David salió de su escondite; cayó ante él a tierra, postrándose tres veces; luego se abrazaron llorando los dos copiosamente.
pero él se levantó sin meter ruido y le cortó a Saúl el borde del manto; 'aunque más tarde le remordió la conciencia por haberle cortado a Saúl el borde del manto. Cuando Saúl salió de la cueva y siguió su camino,
Le dijo: ¿Por qué haces caso a lo que dice la gente, que David anda buscando tu ruina?
Saúl reconoció la voz de David, y dijo: ¿Es tu voz, David, hijo mío? David respondió: Es mi voz, majestad.
Saúl le preguntó: ¿Qué aspecto tiene? Respondió: El de un anciano que sube, envuelto en un manto. Saúl comprendió entonces que era Samuel, y se inclinó rostro en tierra, prosternándose.