Lávense, purifíquense, aparten de mi vista sus malas acciones. Cesen de obrar mal,
1 Pedro 4:1 - Nueva Biblia Española (1975) Por tanto, dado que el Mesías sufrió en su carne mortal, ármense también ustedes del mismo principio: que uno que ha sufrido en su carne ha roto con el pecado, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, ya que Cristo sufrió dolor en su cuerpo, ustedes prepárense, adoptando la misma actitud que tuvo él, y estén listos para sufrir también. Pues, si han sufrido físicamente por Cristo, han terminado con el pecado. Biblia Católica (Latinoamericana) Dado que Cristo padeció en su carne, háganse fuertes con esta certeza: el que ha padecido en su carne ha roto con el pecado. La Biblia Textual 3a Edicion Puesto que el Mesías padeció en la carne,° vosotros también armaos con el mismo pensamiento: El que padeció en la carne terminó con el pecado,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si, pues, Cristo ha padecido en carne, armaos también vosotros de la misma idea, a saber, que el que ha padecido en la carne ha quedado desligado del pecado, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; porque el que ha padecido en la carne, cesó de pecado; |
Lávense, purifíquense, aparten de mi vista sus malas acciones. Cesen de obrar mal,
Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán en ti la sentencia en presencia de muchas mujeres; así dejarás de prostituirte y no volverás a pagar el precio.
Jesús le dijo al hombre del brazo paralizado: Levántate y ponte ahí en medio.
Pues lo mismo: ustedes ténganse por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías Jesús.
Nosotros que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a vivir todavía sujetos a él?
y ya no vivo yo, vive en mí el Mesías; y mi vivir humano de ahora es un vivir de la fe en el Hijo de Dios, que me demostró su amor entregándose por mí.
Los que son del Mesías han crucificado sus bajos instintos con sus pasiones y deseos.
Por eso les digo que tomen las armas que Dios da, para poder hacerles frente en el momento difícil y acabar el combate sin perder terreno.
escucharás la voz del Señor, tu Dios, y cumplirás los preceptos y mandatos que yo te mando hoy.
Mediten, pues, en el que soportó tanta oposición de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el ánimo.
pues el que entra en su descanso, descansa él también de sus tareas, como Dios de las suyas.
De hecho, a eso los llamaron, porque también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que sigan sus huellas.
Porque también el Mesías sufrió una vez por los pecados, el inocente por los culpables, para llevarnos a Dios; sufrió la muerte en su cuerpo, pero recibió vida por el Espíritu.