porque lo que hay que decir se lo enseñará el Espíritu Santo en aquel momento.
1 Corintios 2:13 - Nueva Biblia Española (1975) Eso precisamente exponemos, no con el lenguaje que enseña el saber humano, sino con el que enseña el Espíritu, explicando temas espirituales a hombres de espíritu. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Biblia Nueva Traducción Viviente Les decimos estas cosas sin emplear palabras que provienen de la sabiduría humana. En cambio, hablamos con palabras que el Espíritu nos da, usando las palabras del Espíritu para explicar las verdades espirituales; Biblia Católica (Latinoamericana) Hablamos, pues, de esto, no con los términos de la sabiduría humana, sino con los que nos enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales para quienes son espirituales. La Biblia Textual 3a Edicion Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, adaptando° lo espiritual a lo espiritual. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éste es también nuestro lenguaje, que no consiste en palabras enseñadas por humana sabiduría, sino en palabras enseñadas por el Espíritu, expresando las cosas del espíritu con lenguaje espiritual. Biblia Reina Valera Gómez (2023) lo cual también hablamos, no con palabras que enseña la humana sabiduría, sino con las que enseña el Espíritu Santo, acomodando lo espiritual a lo espiritual. |
porque lo que hay que decir se lo enseñará el Espíritu Santo en aquel momento.
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
Porque el Mesías no me mandó a bautizar, sino a dar la buena noticia; y eso sin elocuencia, para que no pierda su eficacia la cruz del Mesías.
Miren, el que habla en lenguas extrañas no habla a los hombres, sino a Dios, ya que nadie entiende; llevado del Espíritu dice cosas misteriosas.
Por eso yo, hermanos, cuando llegué a su ciudad, no llegué anunciándoles el secreto de Dios con ostentación de elocuencia o saber;
El hombre de tejas abajo no acepta la manera de ser del Espíritu de Dios, le parece una locura; y no puede captarla porque hay que enjuiciarla con el criterio del Espíritu.
mis discursos y mi mensaje no usaban argumentos hábiles y persuasivos, la demostración consistía en la fuerza del Espíritu,
Si otros comparten los bienes de que disponen ustedes, nosotros con mayor razón. Sin embargo, no hicimos uso de ese derecho; al contrario, sobrelleva-mus lo que sea para no crear obstáculo alguno a la buena noticia del Mesías.
exprésense entre ustedes con salmos, himnos y cánticos inspirados, cantando y tocando con toda el alma para el Señor y,
El mensaje del Mesías habite entre ustedes en toda su riqueza: enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan; con agradecimiento canten a Dios de corazón salmos, himnos y cánticos inspirados;
Indagaban ellos queriendo saber para cuándo y para qué circunstancia lo indicaba, y se les reveló que aquel ministerio profético no miraba a ellos, sino a ustedes. Ahora, por medio de los que les trajeron la buena noticia, se lo ha comunicado el Espíritu Santo enviado del cielo. Los ángeles se asoman deseosos de verlo.
Porque cuando les hablábamos de la venida de nuestro Señor, Jesús Mesías, en toda su potencia, no imitábamos fábulas rebuscadas, sino que habíamos sido testigos presenciales de su grandeza.