1 ¡Ay de la tierra del zumbido de alas, más allá de los ríos de Etiopía; 2 la que manda por el mar mensajeros en canoas de juncos sobre las aguas! Marchad, mensajeros veloces, hacia la gente espigada y bronceada; al pueblo temido desde siempre, gente robusta, dominante, tierra surcada de ríos. 3 Habitantes todos del orbe, pobladores de la tierra, cuando se alce la señal en los montes, mirad; cuando suene la trompeta, escuchad. 4 Esto me ha dicho el Señor: Me quedaré quieto y miraré desde mi trono, como el calor ardiente cuando el sol brilla, como nube de rocío en el calor de la siega. 5 Pues antes de la vendimia, pasada la floración, cuando la flor se hace uva que madura, entonces cortará los sarmientos con la podadera, arrancará y tirará los pámpanos. 6 Todos juntos serán abandonados a las aves rapaces de los montes y a las fieras de la tierra. Allí pasarán el verano las aves de rapiña y las fieras del invierno. 7 Entonces presentará ofrendas al Señor omnipotente el pueblo espigado y bronceado, el pueblo temido desde siempre, la gente robusta y dominante, cuya tierra está surcada de ríos, en el lugar donde reside el nombre del Señor omnipotente, el monte Sión. |
Evaristo Martín Nieto©