Reflexión del versículo

En un viaje largo siempre hay muchas rutas como opciones, muchas variantes, muchas encrucijadas. Por esto es muy importante conocer el Camino por donde transitamos ya que cualquier error que se cometa podría atrasarnos hacia nuestro destino. Lo más sabio cuando alguien no conoce a plenitud como llegar a donde quiere es pasar el volante a otro que si conozca el camino para no tropezar y tener atrasos.

Pensemos en esto un instante y respondamos la siguiente pregunta: ¿Por qué nos cuesta tanto encomendar nuestro Camino a Dios? Nuestra vida es un vehículo que podría chocar si lo manejamos nosotros ya que no conocemos a plenitud nuestro destino y mucho menos como llegar a él.

Mejor dejemos que sea Dios quien maneje por completo nuestras vidas y nos guie al lugar que Él pensó para nosotros. Pues, El si conoce por donde debemos ir.

Soltemos el volante a Él, Dios actuará solo cuando le demos el asiento principal y dejemos que sea El quien gobierne nuestro trayecto y trace con su voluntad a donde quiera llevarnos.

Oración del Versículo

Señor ayúdame a aceptar los momentos que guardas para mí, de acuerdo a tus planes y no los míos. Ayúdame a confiar en que el resultado final de cualquier circunstancia, será de bien porque cuento contigo. Amén.