Juan 141 Divinidad y amor de Cristo «No se conturbe vuestro corazón: creed en Dios, y en mí creed. 2 En la casa de mi Padre moradas muchas hay; y, si no, os hubiera yo dicho; pues yo voy a preparar lugar para vosotros; 3 y, cuando me fuere y preparare lugar para vosotros, de nuevo vengo, y os acogeré a mí mismo; para que, en donde estoy yo, también vosotros estéis. 4 Y, adónde me voy, sabéis el camino». 5 Dícele Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo sabemos el camino?» 6 Dícele Jesús: «Yo soy el camino, y la verdad y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me hubiéseis conocido, también a mi Padre, conocierais; desde ahora conocéisle y habéis visto». 8 Dícele Felipe: «Señor, muéstranos al Padre, y bástanos». 9 Dícele Jesús: «Tanto tiempo con vosotros estoy, ¿y no me has conocido, Felipe?» El que ha visto a mí, ha visto al Padre: ¿cómo tú dices: «Muéstranos al Padre?» 10 ¿No crees que yo en el Padre, y el Padre en mí está? Las palabras que yo os digo, de mí mismo no hablo; pero el Padre, en mí permaneciendo, hace las obras de él. 11 Creedme que ¡yo en el Padre y el Padre en mí!; y si no, por las obras mismas, creedme. 12 En verdad, en verdad dígoos, el que cree en mí, las obras que yo hago, también aquél hará, y mayores que éstas hará, porque yo al Padre me voy; 13 y lo que(a) pidiereis en mi nombre, esto haré; para que sea glorificado el Padre en el Hijo. 14 Si algo me pidiereis en mi nombre, yo esto haré. 15 Si me amáis, los mandamientos los míos guardad. 16 Y yo rogaré al Padre, y otro consolador daráos, para que esté con vosotros por el siglo: 17 el Espíritu de la verdad, al que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni conoce; vosotros conocéisle, porque con vosotros permanece y en vosotros está. 18 No os dejaré huérfanos: vengo a vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo ya no me ve; pero vosotros me veréis, porque yo vivo, y vosotros viviréis. 20 En aquél día vosotros conoceréis ¡que yo en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros! 21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, amado será por mi Padre; y yo amaréle y manifestarémele». 22 Dícele Judas (no el Iscariotes): «Señor, ¿qué es que a nosotros has de manifestarte, y que no al mundo?» 23 Respondió Jesús y díjole: «Si alguno me ama, mi palabra guardará, y mi Padre amarále; y a él vendremos y morada con él haremos. 24 El que no me ama, mis palabras no guarda; y la palabra que oís, no es mía, sino del que me ha enviado: del Padre. 25 Esto os he hablado, con vosotros permaneciendo; 26 pero el Consolador, el Espíritu, el santo, que enviará el Padre en mi nombre, aquél os enseñará todo y recordaráos todo lo que os he dicho. 27 Yo paz dejo a vosotros; paz, la mía, os doy; no, según el mundo da, yo os doy. No se conturbe vuestro corazón, ni se acobarde. 28 Habéis oído que yo os dije: «Vóime, y vengo a vosotros. Si me amaseis, os gozarais, porque me voy al Padre; porque el Padre mayor que yo es. 29 Y ahora, os he dicho antes que suceda, para que cuando sucediere, creáis. 30 Ya no muchas cosas hablaré con vosotros; pues viene el del mundo príncipe; y en mí no tiene nada; 31 empero, para que conozca el mundo que amo al Padre, y, según mandamiento me ha dado el Padre, así hago: —levantaos, vámonos de aquí.» Juan 141 Divinidad y amor de Cristo «No se conturbe vuestro corazón: creed en Dios, y en mí creed. 2 En la casa de mi Padre moradas muchas hay; y, si no, os hubiera yo dicho; pues yo voy a preparar lugar para vosotros; 3 y, cuando me fuere y preparare lugar para vosotros, de nuevo vengo, y os acogeré a mí mismo; para que, en donde estoy yo, también vosotros estéis. 4 Y, adónde me voy, sabéis el camino». 5 Dícele Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo sabemos el camino?» 6 Dícele Jesús: «Yo soy el camino, y la verdad y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me hubiéseis conocido, también a mi Padre, conocierais; desde ahora conocéisle y habéis visto». 8 Dícele Felipe: «Señor, muéstranos al Padre, y bástanos». 9 Dícele Jesús: «Tanto tiempo con vosotros estoy, ¿y no me has conocido, Felipe?» El que ha visto a mí, ha visto al Padre: ¿cómo tú dices: «Muéstranos al Padre?» 10 ¿No crees que yo en el Padre, y el Padre en mí está? Las palabras que yo os digo, de mí mismo no hablo; pero el Padre, en mí permaneciendo, hace las obras de él. 11 Creedme que ¡yo en el Padre y el Padre en mí!; y si no, por las obras mismas, creedme. 12 En verdad, en verdad dígoos, el que cree en mí, las obras que yo hago, también aquél hará, y mayores que éstas hará, porque yo al Padre me voy; 13 y lo que(a) pidiereis en mi nombre, esto haré; para que sea glorificado el Padre en el Hijo. 14 Si algo me pidiereis en mi nombre, yo esto haré. 15 Si me amáis, los mandamientos los míos guardad. 16 Y yo rogaré al Padre, y otro consolador daráos, para que esté con vosotros por el siglo: 17 el Espíritu de la verdad, al que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni conoce; vosotros conocéisle, porque con vosotros permanece y en vosotros está. 18 No os dejaré huérfanos: vengo a vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo ya no me ve; pero vosotros me veréis, porque yo vivo, y vosotros viviréis. 20 En aquél día vosotros conoceréis ¡que yo en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros! 21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, amado será por mi Padre; y yo amaréle y manifestarémele». 22 Dícele Judas (no el Iscariotes): «Señor, ¿qué es que a nosotros has de manifestarte, y que no al mundo?» 23 Respondió Jesús y díjole: «Si alguno me ama, mi palabra guardará, y mi Padre amarále; y a él vendremos y morada con él haremos. 24 El que no me ama, mis palabras no guarda; y la palabra que oís, no es mía, sino del que me ha enviado: del Padre. 25 Esto os he hablado, con vosotros permaneciendo; 26 pero el Consolador, el Espíritu, el santo, que enviará el Padre en mi nombre, aquél os enseñará todo y recordaráos todo lo que os he dicho. 27 Yo paz dejo a vosotros; paz, la mía, os doy; no, según el mundo da, yo os doy. No se conturbe vuestro corazón, ni se acobarde. 28 Habéis oído que yo os dije: «Vóime, y vengo a vosotros. Si me amaseis, os gozarais, porque me voy al Padre; porque el Padre mayor que yo es. 29 Y ahora, os he dicho antes que suceda, para que cuando sucediere, creáis. 30 Ya no muchas cosas hablaré con vosotros; pues viene el del mundo príncipe; y en mí no tiene nada; 31 empero, para que conozca el mundo que amo al Padre, y, según mandamiento me ha dado el Padre, así hago: —levantaos, vámonos de aquí.» |
P. Guillermo Jünemann 1928©
P. Guillermo Jünemann 1928©