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Isaías 66:14 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

14 Isaías dijo: «Cuando vean todo esto, el corazón se les llenará de alegría y tendrán nuevas fuerzas. Porque Dios mostrará su poder entre sus seguidores y su enojo entre sus enemigos.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

14 Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemigos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Cuando vean estas cosas, su corazón se alegrará. Florecerán como la hierba. Todos verán la mano de bendición del Señor sobre sus siervos, y su ira contra sus enemigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Cuando ustedes vean todo esto, les saltará de gozo el corazón y su cuerpo rejuvenecerá como la hierba. La mano de Yavé se dará a conocer a sus servidores y hará que sus enemigos vean su enojo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y al verlo, vuestro corazón se regocijará, Y vuestros huesos reverdecerán como la hierba tierna; La mano de YHVH se manifestará a sus siervos, Y su ira sobre sus enemigos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Lo veréis y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos germinarán como el césped. Se manifestará la mano de Yahveh a sus siervos, y su cólera a sus adversarios.

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Isaías 66:14
27 Σταυροειδείς Αναφορές  

Gracias a Dios, nos mandaron a Serebías, y a sus hijos y hermanos; en total nos mandaron a dieciocho personas. Serebías era un hombre muy capaz, descendiente de Mahli, un hombre de la tribu de Leví.


Me daba vergüenza pedirle al rey que mandara soldados de caballería para protegernos contra el enemigo en el camino. Le habíamos dicho al rey que Dios cuida a todos los que lo adoran, pero que los que se apartan de él tendrían que soportar todo su enojo.


El día doce del mes de Abib dejamos el río Ahavá y nos pusimos en camino hacia Jerusalén. Nuestro Dios nos cuidó en el camino, pues nos libró de enemigos y de bandidos.


Cuando la gente honrada ve esto, se llena de alegría; pero los malvados se quedan callados.


No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres. Cuando se pierde el ánimo, todo el cuerpo se enferma.


»Dios dice: “Estoy muy enojado; por eso usaré al rey de Asiria para castigar a los que me ofenden.


Pero somos tu pueblo, y aunque estemos destruidos, volveremos a vivir. Tú llenarás de vida y alegría a esta nación sin vida.


»¡Vamos, pueblo mío, entra ya en tu ciudad! Cierra los portones y espera a que Dios calme su enojo.


Isaías continuó diciendo: «¡Miren a lo lejos! ¡Dios mismo se acerca! Su furia es como fuego ardiente; sus labios y su lengua son un fuego destructor.


Fíjense en mi templo y en la ciudad de Jerusalén: ¡allí celebraremos nuestras fiestas! Será un lugar tan seguro como una carpa bien plantada, con estacas bien clavadas y cuerdas que no se rompen.


Dios está enojado con ustedes y con todos sus ejércitos. Dios los ha condenado a una total destrucción.


Todo el mundo se alegrará porque Dios le dará al desierto la belleza del monte del Líbano, la fertilidad del monte Carmelo y la hermosura del valle de Sarón.


Así todo el mundo verá que con mi poder, yo he creado todo esto. Entonces comprenderán que yo soy el Dios santo de Israel».


Dios saldrá marchando con toda la furia de un guerrero: ¡lanzará un grito de guerra y derrotará a sus enemigos!»


»Yo los guiaré constantemente, les daré agua en el calor del desierto, daré fuerzas a su cuerpo, y serán como un jardín bien regado, como una corriente de agua.


para castigar a sus enemigos y darle a cada cual su merecido.


Isaías dijo: «Ustedes que adoran a Dios, escuchen su mensaje: “Algunos de sus compatriotas, que les tienen mucho odio porque me adoran, dicen burlonamente: ‘Que Dios muestre su poder, a ver si se ponen contentos’. ¡Pero esos que los odian serán avergonzados!


»Los israelitas se alegrarán como se alegran los soldados cuando han tomado mucho vino; cuando sus hijos vean esto, también se llenarán de alegría por lo que yo haré con ellos.


Entonces ustedes verán, una vez más, que hay diferencia entre el bueno y el malo, entre el que adora a Dios y el que no lo adora».


Del mismo modo, ahora ustedes están tristes, pero yo volveré a verlos, y se pondrán tan felices que ya nadie les quitará esa alegría.


No nos quedaría más remedio que esperar, con un miedo terrible, el juicio final, que es cuando los enemigos de Dios serán destruidos con fuego ardiente.


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