Biblia Todo Logo
Διαδικτυακή Βίβλος

- Διαφημίσεις -





Isaías 52:5 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

5 »Pero, ¿qué está pasando? Sin motivo se han llevado a mi pueblo a la nación de Babilonia; sus gobernantes se burlan de él, y en todo momento me ofenden.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο


Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

5 Y ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Qué es esto? —pregunta el Señor—. ¿Por qué está esclavizado mi pueblo nuevamente? Quienes lo gobiernan gritan de júbilo; todo el día blasfeman mi nombre.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Y ahora, ¿qué hago yo aquí?, se pregunta Yavé, mientras mi pueblo ha sido hecho esclavo gratuitamente, sus opresores lanzan gritos de triunfo, y continuamente, a lo largo del día, mi nombre es despreciado.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y ahora, ¿qué hago Yo aquí, dice YHVH, Cuando mi pueblo es llevado sin causa? Sus dominadores lanzan alaridos, dice YHVH, Y todo el día, sin cesar, ultrajan mi Nombre.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y ahora, ¿qué haré aquí? -dice Yahveh-; pues mi pueblo gratis ha sido arrebatado, sus dominadores ululan -dice Yahveh-, y siempre, todo el día, mi nombre es blasfemado.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο




Isaías 52:5
27 Σταυροειδείς Αναφορές  

Pero por haberte burlado de él, no vivirá el hijo que tuviste con Betsabé.


12 (13) Nos vendiste muy barato, ¿y qué ganaste con eso?


16 (17) ¡mis enemigos me gritan y buscan vengarse de mí!


Dios nuestro, ¿hasta cuándo el enemigo va a seguir ofendiéndote y burlándose de ti?


Dios nuestro, el enemigo se burla de ti; gente malvada te ofende. ¡No se lo perdones!


Pero Dios siguió diciéndole: —Yo sé muy bien que mi pueblo Israel sufre mucho porque los egipcios lo han esclavizado. También he escuchado sus gritos pidiéndome ayuda, y he visto que sus capataces los maltratan mucho. Por eso he venido a librarlos del poder egipcio. Los voy a llevar a una región muy grande y rica; ¡tan rica que siempre hay abundancia de alimentos! Es Canaán, país donde viven pueblos que no me conocen.


“Y tú, ¿quién te crees? ¿Quién te dio permiso para construirte una tumba en el cementerio de los reyes?


”Senaquerib, yo sé todo lo que haces; sé a dónde vas y de dónde vienes. Y sé que te enojaste contra mí.


»Yo me enojé con mi pueblo; me enojé con los israelitas y los dejé caer en tu poder. Pero tú, Babilonia, no te compadeciste de ellos, y maltrataste a los ancianos con una carga muy pesada.


Tus hijos están tirados por las calles, están como venados atrapados en la red. Toda la furia y el reproche de Dios han caído sobre ellos.


Más bien castigaré a sus enemigos, esos que les dijeron: ‘¡Tírense al suelo, para que los aplastemos!’ Ustedes obedecieron, ¡y ellos los aplastaron!”»


»Ustedes fueron vendidos por nada, y ahora, sin dinero serán liberados.


»Israel es un pueblo que ha vivido perdido como oveja, y siempre en peligro de que se lo devoren los leones. El primero en devorarlo fue el rey de Asiria, y a él le siguió el rey de Babilonia, que lo devoró hasta los huesos.


El enemigo no esconde su alegría porque tú, Dios mío, me haces sufrir. Todo el mundo escucha mi llanto, pero nadie me consuela. ¡Ya es tiempo de que los castigues como me castigaste a mí!


Borró Dios nuestro poder cuando se enojó con nosotros. Nos enfrentamos al enemigo, pero Dios nos retiró su ayuda. ¡Todo Israel arde en llamas! ¡Todo lo destruye el fuego!


Si no lo hice, fue por respeto a mí mismo, y para que no hablaran mal de mí los pueblos que me vieron sacarlos de Egipto.


Si no lo hice, fue por respeto a mí mismo y para que no hablaran mal de mí los pueblos entre los cuales vivían los israelitas. Y es que yo me di a conocer a los israelitas, y los saqué de Egipto, en presencia de esos pueblos.


»Ese día gritarán pidiendo ayuda desde la Puerta de los Pescados; un gran clamor se escuchará desde el Segundo Barrio y desde las colinas.


Tiene razón la Biblia cuando dice: «La gente de otros países habla mal de Dios, por culpa de ustedes mismos.»


Estando allí, se dieron cuenta de que el joven sacerdote era de otro lugar, por su manera de hablar, y le preguntaron: —¿Quién te trajo acá? ¿Qué estás haciendo? ¿Para qué viniste?


Ακολουθησε μας:

Διαφημίσεις


Διαφημίσεις