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Ezequiel 24:1 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

1 Habían pasado nueve años desde que llegamos presos a Babilonia. Era el día diez del mes de Tébet cuando Dios me dijo:

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

1 Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El 15 de enero, durante el noveno año de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El año noveno, el día décimo del décimo mes, se me dirigió esta palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, vino a mí palabra de YHVH diciendo:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El año noveno, el día diez del décimo mes, fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:

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Ezequiel 24:1
17 Σταυροειδείς Αναφορές  

Entonces Joaquín y su madre, junto con sus sirvientes, sus asistentes y los jefes de su ejército se rindieron, y el rey de Babilonia los tomó prisioneros. Esto ocurrió cuando Nabucodonosor tenía ya ocho años como rey de Babilonia.


Sedequías llevaba diez años y nueve meses de reinar en Judá cuando el rey de Babilonia y sus soldados marcharon contra la ciudad de Jerusalén y la atacaron.


El día diez del mes de Tébet, durante el noveno año del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor fue con todo su ejército para atacar a Jerusalén. Rodeó la ciudad y construyó rampas para atacarla mejor,


Habían pasado siete años desde que habíamos sido llevados presos a Babilonia. El día diez del mes de Ab de ese año, algunos de los jefes de Israel vinieron a verme para consultar a Dios. En cuanto se sentaron delante de mí,


Esas dos hermanas sufrirán el castigo que merecen, por entregarse a la prostitución y por adorar a los ídolos. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel».


«Ezequiel, toma nota de esta fecha, porque hoy mismo el rey de Babilonia ha empezado su ataque contra Jerusalén. Quiero que vayas a ver a los israelitas, y que delante de ellos hagas lo siguiente: Pon una olla en el fuego, y llénala de agua para cocinar carne. Echa en ella lo mejor de la pierna, del lomo y de los huesos. Échale leña al fuego, para que se cueza bien todo. Cuando termines, dales este mensaje de mi parte: “¡Ay de ti, ciudad asesina! Eres como una olla oxidada, que no se puede limpiar. Saca ahora los trozos de carne, no importa el orden en que salgan.


Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia, y el día primero del mes de Adar, Dios me dijo: «Ezequiel, hombre mortal, la ciudad de Tiro se burla de Jerusalén y dice: “¡La gran ciudad, centro del comercio mundial, ha quedado en ruinas! ¡Ahora me toca a mí hacerme rica como ella!”


Habían pasado diez años desde que llegamos presos a Babilonia. El día doce del mes de Tébet, Dios me dijo:


Habían pasado veintisiete años desde que llegamos presos a Babilonia. El primer día del mes de Abib, Dios me dijo:


Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia. El día primero del mes de Siván, Dios me dijo:


Habían pasado doce años desde que llegamos presos a Babilonia. El día primero del mes de Adar, Dios me dijo:


Habían pasado doce años desde que llegamos presos a Babilonia. El día quince del mes de Adar, Dios me dijo:


Habían pasado doce años desde que llegamos presos a Babilonia. El día cinco del mes de Tébet me enteré de que Jerusalén había sido destruida. Uno de los que habían logrado escapar con vida me dio la noticia.


Habían pasado veinticinco años desde que llegamos presos a Babilonia, y catorce años desde la destrucción de Jerusalén. El día diez del mes de Abib, al comenzar el año, Dios me llenó de su poder y me llevó al territorio de Israel. Allí me colocó sobre una montaña muy alta, y al mirar hacia el sur pude ver muchas construcciones, como las de una ciudad.


El día cinco del mes de Elul, los jefes de Judá fueron a verme a mi casa. Para entonces ya teníamos seis años viviendo como prisioneros en Babilonia. De pronto, mientras ellos estaban sentados frente a mí, el Dios de Israel me hizo sentir su poder


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