Y le contaron a Moisés, diciendo: Llegamos a la tierra adonde nos enviaste, la cual ciertamente mana leche y miel; y este es el fruto de ella.
Números 32:7 - Biblia Version Moderna (1929) ¿Y por qué queréis desalentar el corazón de los hijos de Israel, para que no pasen adelante a la tierra que les ha dado Jehová? Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Por qué quieren desalentar al resto del pueblo de Israel de cruzar a la tierra que el Señor le ha dado? Biblia Católica (Latinoamericana) Están desalentando a los hijos de Israel, que ya no querrán pasar a la tierra que Yavé les ha dado. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Por qué desanimáis el corazón de los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que YHVH les ha dado? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Por qué habéis de desanimar a los israelitas para que no pasen a la tierra que les ha dado Yahveh? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Y por qué desanimáis el corazón de los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová? |
Y le contaron a Moisés, diciendo: Llegamos a la tierra adonde nos enviaste, la cual ciertamente mana leche y miel; y este es el fruto de ella.
Pero los hombres que habían subido con él respondieron: No podremos subir contra esta gente, porque es más fuerte que nosotros.
¶Y levantaron el campamento del monte Hor, tomando el camino del Mar Rojo, para dar la vuelta a la tierra de Edom. E impacientóse el alma del pueblo a causa del camino.
¶Entonces Moisés respondió a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Por ventura vuestros hermanos irán a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?
pues subieron hasta el Valle de Escol y reconocieron la tierra; y luego hicieron desalentar el corazón de los hijos de Israel, para que no entrasen en la tierra que les había dado Jehová,
Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y destrozándome el corazón? ¡porque estoy pronto no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalem, por el nombre del Señor Jesús!
¿A dónde hemos de subir? Nuestros hermanos nos han hecho desmayar el corazón, diciendo: El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades grandes e inexpugnables, amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de los Anaceos.