En esto, Isbi-benob, que era de los hijos del gigante Rafá, el peso de cuya lanza fué trescientos siclos de bronce, y que se había ceñido una espada nueva, se propuso matar a David.
Números 13:28 - Biblia Version Moderna (1929) Empero es fuerte el pueblo que habita en aquella tierra; y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Y también a los hijos de Anac hemos visto allí. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac! Biblia Católica (Latinoamericana) Pero el pueblo que vive en ese país es muy poderoso. Las ciudades son muy grandes y fortificadas, hemos visto incluso a los descendientes de Enac. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, el pueblo que habita en esa tierra es fuerte, y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Además, hemos visto allí a los descendientes de Anac. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero el pueblo que habita el país es fuerte; y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Incluso vimos allí a descendientes de Anac. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades, fortificadas y muy grandes; y también vimos allí a los hijos de Anac. |
En esto, Isbi-benob, que era de los hijos del gigante Rafá, el peso de cuya lanza fué trescientos siclos de bronce, y que se había ceñido una espada nueva, se propuso matar a David.
También vimos allí a los gigantes, hijos de Anac, de la raza de los gigantes: y éramos nosotros a nuestros propios ojos como langostas; y así también éramos a los ojos de ellos.
¿A dónde hemos de subir? Nuestros hermanos nos han hecho desmayar el corazón, diciendo: El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades grandes e inexpugnables, amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de los Anaceos.
pueblo grande y numeroso, y de alta talla como los Anaceos; pero Jehová los destruyó delante de ellos, de manera que los desposeyeron, y habitaron en su lugar.
Todas estas eran ciudades fortificadas, de muros altos, con puertas y barras; sin contar muchísimas ciudades sin muros.
No quedaron Anaceos en la tierra de los hijos de Israel: solamente en Gaza, en Gat y en Asdod quedaron algunos.
Ahora bien, dame esta montaña de la cual habló Jehová en aquel día. Porque tú oíste decir en aquel día, que los Anaceos estaban allí, con ciudades grandes e inexpugnables. Jehová tal vez estará conmigo, de manera que yo pueda desposeerlos, como dijo Jehová.
Caleb pues arrojó de allí a los tres hijos de Anac, Sesai, Ahimán y Talmai, hijos de Anac.
¶Y le dieron a Caleb la ciudad de Hebrón, como le había prometido Moisés; y él expulsó de allí a los tres hijos de Anac.