Si vieres caído debajo de su carga el asno del que te aborrece, y quisieres negarte a descargarle, indispensablemente tú le descargarás, juntamente con el dueño.
Lucas 5:7 - Biblia Version Moderna (1929) E hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, que viniesen a ayudarles. Y llegándose ellos, llenaron ambas barcas, de manera que se iban anegando. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Biblia Nueva Traducción Viviente Un grito de auxilio atrajo a los compañeros de la otra barca, y pronto las dos barcas estaban llenas de peces y a punto de hundirse. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarles. Vinieron y llenaron tanto las dos barcas, que por poco se hundían. La Biblia Textual 3a Edicion E hicieron señas a los compañeros en la otra barca para que vinieran° a ayudarles. Y fueron y llenaron ambas barcas, hasta tal punto que se hundían.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarles; acudieron y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. |
Si vieres caído debajo de su carga el asno del que te aborrece, y quisieres negarte a descargarle, indispensablemente tú le descargarás, juntamente con el dueño.
El hombre de muchos amigos labra su misma destrucción; pero hay un amigo que es más apegado que el hermano.
Y habiendo él despedido la multitud, los discípulos le tomaron así como estaba en la barca; y había también con él otras barquichuelas.
Y habiendo hecho esto, encerraron una tan grande multitud de peces, que las redes se rompían.
Simón Pedro, pues, viendo esto, cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador!
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Y te ruego a ti también, fiel compañero de yugo, que ayudes en ello a estas mujeres, las cuales trabajaron conmigo en el evangelio, con Clemente también, y los demás de mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.