Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de los que viven.
Lucas 20:38 - Biblia Version Moderna (1929) Dios no es Dios de muertos, sino de vivos; porque para con él, todos ellos viven. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven. Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos, porque todos están vivos para él. Biblia Católica (Latinoamericana) El no es Dios de muertos, sino de vivos, y todos viven por él. La Biblia Textual 3a Edicion Así que no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque todos viven para él'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque Él no es Dios de muertos, sino de vivos; porque todos viven para Él. |
Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de los que viven.
No es Dios de muertos, sino de vivos: así que vosotros erráis gravemente.
Entonces ciertos de los escribas respondiendo, dijeron: Bien has dicho, Maestro.
Todavía un poco, y el mundo no me verá más; vosotros empero me veréis: por cuanto yo vivo, vosotros también viviréis.
Como el Padre viviente me envió, y yo vivo por medio del Padre, así el que me come, éste también vivirá por medio de mí.
pues aunque fué crucificado a causa de flaqueza, sin embargo vive ahora por el poder de Dios; y pues aunque nosotros también, somos débiles en él, sin embargo, en lo que toca a vosotros, viviremos juntamente con él, en virtud del poder de Dios.
¿y qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? porque nosotros somos templo del Dios vivo: así como ha dicho Dios: Habitaré en ellos, y andaré entre ellos; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Ahora empero anhelan otra patria mejor, es decir, la celestial: por le cual Dios no se avergüenza de ellos, para llamarse Dios suyo; porque les tiene preparada una ciudad.
Y ME mostró un río de agua de vida, resplandeciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la ciudad.