Entonces dijeron los magos a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas endurecióse el corazón de Faraón, y no les escuchó; como lo había dicho Jehová.
Lucas 11:20 - Biblia Version Moderna (1929) Empero si yo con el dedo de Dios echo fuera los demonios, es evidente que el reino de Dios os ha sobrevenido. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, si con el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces ha llegado° a vosotros el reino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. |
Entonces dijeron los magos a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas endurecióse el corazón de Faraón, y no les escuchó; como lo había dicho Jehová.
¶Empero en los días de aquellos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que nunca jamás será destruído, y el reino no será dejado a otro pueblo, sino que desmenuzará y acabará con todos aquellos reinos, en tanto que él mismo permanecerá para todos lossiglos;
Empero si yo en el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, es evidente que el reino de Diososha sobrevenido.
Y su fama se extendió por toda la Siria; y traíanle todos los que estaban enfermos, atacados por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralíticos; y él los sanaba.
¡Aun el polvo de vuestra ciudad que se ha pegado a nuestros pies, sacudimos contra vosotros; esto empero sabed, que se ha acercado a vosotros el reino de Dios!
y sanad los enfermos que en ella hubiere, y decidles: ¡Se ha acercado a vosotros el reino de Dios!
Cuando un hombre poderoso, bien armado, guarda su mismo palacio, todos sus bienes están seguros.
Y ahora, he aquí, yo sé que vosotros todos, entre quienes he andado predicando el reino de Dios, no veréis más mi rostro.
lo cual es manifiesta señal del justo juicio de Dios; para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, a causa del cual también padecéis;