DE Jehová es la tierra y cuanto ella contiene; el mundo y los que en él habitan.
Lucas 10:21 - Biblia Version Moderna (1929) ¶En aquella misma hora, Jesús regocijóse sobre manera en el Espíritu Santo, y dijo: ¡Gracias te doy, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños! ¡Sí, Padre, gracias te doy; porque así pareció bueno a tu vista! Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Biblia Nueva Traducción Viviente En esa misma ocasión, Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: «Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes y por revelárselas a los que son como niños. Sí, Padre, te agradó hacerlo de esa manera. Biblia Católica (Latinoamericana) En ese momento Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: 'Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has dado a conocer a los pequeñitos. Sí, Padre, pues tal ha sido tu voluntad. La Biblia Textual 3a Edicion En aquella misma hora se regocijó sobremanera en el Espíritu Santo,° y dijo: ¡Te alabo,° oh Padre, Señor del cielo y de la tierra! porque escondiste estas cosas de sabios y entendidos y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así te agradó.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 En aquel momento, Jesús se estremeció de gozo en el Espíritu Santo y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y se las has revelado a gente sencilla. Sí, Padre; así lo has querido tú. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En aquella misma hora Jesús se regocijó en su espíritu, y dijo: Te doy gracias, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí Padre, porque así te agradó. |
DE Jehová es la tierra y cuanto ella contiene; el mundo y los que en él habitan.
La privanza de Jehová es con los que le temen, y su pacto, para hacerles conocer su voluntad.
De la boca de los pequeñitos, y de los que maman, has ordenado la alabanza, a causa de tus adversarios, para hacer callar al enemigo, y al hombre vengativo.
por tanto yo volveré a obrar maravillosamente con este pueblo; cosa asombrosa y maravillosa voy a hacer; y perecerá la sabiduría de sus sabios, y la inteligencia de sus entendidos desaparecerá.
Y habrá allí una calzada y camino, que será llamado camino de Santidad: no lo transitará el inmundo; sino que Él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
Verá el fruto del trabajo de su alma, y quedará satisfecho: con su ciencia mi justo Siervo justificará a muchos; pues que él mismo cargará con sus iniquidades.
Porque como un mancebo se casa con una virgen, así tus hijos te poseerán a ti; y de la manera que el novio se regocija sobre la novia, así tu Dios se regocijará sobre ti.
ASÍ dice Jehová: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies; ¿qué manera de Casa edificaréis para mí? ¿y cuál será el lugar de mi descanso?
¡Jehová tu Dios está en medio de ti; el que es poderoso te salvará: se regocijará sobre ti con alegría, descansará en su amor, y saltará de gozo sobre ti, cantando!
Y Jesús respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos están diciendo? Díceles Jesús: Sí; ¿nunca habéis leído esto: De la boca de los pequeñitos, y de los que maman, has perfeccionado la alabanza?
Mas cuando vió a muchos de los fariseos y saduceos que venían a su bautismo, les dijo: ¡Raza de víboras! ¿quién os enseñó a vosotros a huir de la ira venidera?
En verdad os digo, que el que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y cuando la ha hallado, convoca a sus amigas y vecinas, y les dice: Regocijaos conmigo; porque he hallado la peseta que había perdido.
Quitaron entonces la piedra del lugar donde yacía el muerto. Y Jesús alzó los ojos hacia arriba, y dijo: Padre, te doy gracias porque me has oído.
Pero si todavía nuestro evangelio está encubierto, para los que se pierden está encubierto;
en quien también nosotros obtuvimos herencia, habiendo sido predestinados, según el propósito de Aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su misma voluntad;
habiéndonos predestinado, en su amor, a la adopción de hijos, por medio de Jesucristo, para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad;