Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; el corazón quebrantado y contrito, oh Dios, no lo despreciarás.
Levítico 9:10 - Biblia Version Moderna (1929) y el sebo y los riñones y el redaño de sobre el hígado, de la ofrenda por el pecado, los hizo consumir en el altar; como había mandado Jehová a Moisés: Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 E hizo arder sobre el altar la grosura con los riñones y la grosura del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a Moisés. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego quemó sobre el altar la grasa, los riñones y el lóbulo largo del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Biblia Católica (Latinoamericana) Quemó luego la grasa sobre el altar junto con los riñones y la telilla del hígado de la víctima por el pecado, como Yavé había mandado a Moisés, La Biblia Textual 3a Edicion Después hizo quemar sobre el altar la grasa, los riñones y la grasa del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como YHVH había ordenado a Moisés, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quemó en el altar la grasa, los riñones y el lóbulo del hígado de la víctima de expiación, como lo había mandado Yahveh a Moisés. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hizo arder sobre el altar la grosura y los riñones y el redaño del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a Moisés. |
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; el corazón quebrantado y contrito, oh Dios, no lo despreciarás.
Y tomarás todo el sebo que cubre los intestinos, y los lóbulos del hígado, y los dos riñones, con el sebo que está sobre ellos, y los harás consumir sobre el altar:
Esto no obstante, Jehová quiso quebrantarle; le ha afligido: cuando hiciere su vida ofrenda por el pecado, verá linaje, prolongará sus días, y el placer de Jehová prosperará en su mano.
Porque así dice el Alto y el Excelso, que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en el lugar alto y santo; habito también con aquel que es de espíritu contrito y humilde; para vivificar el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los contritos.
Porque en cuanto a todas estas cosas, mi mano las hizo, y así existen todas estas cosas, dice Jehová: a este hombre empero miraré, a saber, al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.
Y los hijos de Aarón le presentaron la sangre; y él, mojando el dedo en la sangre, la puso sobre los cuernos del altar; y la sangre restante la derramó al pie del altar;