Siendo hombre principal entre su pueblo no se ha de contaminar, haciéndose profano.
No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose inmundo.
Pero un sacerdote no debe contaminarse y hacerse impuro por tocar el cadáver de alguien que esté relacionado con él solo por matrimonio.
Siendo señor en medio de su pueblo, toda mancha suya profana su pueblo.
No se contaminará profanándose, pues es dirigente en medio de su pueblo.
Por ningún otro debe hacerse impuro.
No se contaminará, para profanarse, porque es príncipe en su pueblo.
también por una hermana suya, virgen, que viva muy cerca de él, que no haya sido casada, podrá contaminarse.
Los sacerdotes no han de hacer calva en su cabeza, ni se raerán los bordes de la barba, ni han de hacer sajaduras en su carne.