Y MIENTRAS oraba Esdras y hacía oración, llorando, y postrándose a tierra delante de la Casa de Dios, se juntó en derredor de él una grandísima asamblea de Israel, hombres, y mujeres, y niños; porque el pueblo lloraba con lloro grande.
Jueces 2:4 - Biblia Version Moderna (1929) Y sucedió que como el Ángel de Jehová acabase de decir estas cosas a todos los hijos de Israel, todo el pueblo alzó la voz y lloró. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Cuando el ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el ángel del Señor terminó de hablar a los israelitas, el pueblo lloró a gritos. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el ángel de Yavé hubo hablado así a todo Israel, el pueblo lanzó alaridos y se puso a llorar. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando el ángel de YHVH habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando el ángel de Yahveh acabó de proferir estas palabras a todos los israelitas, levantó el pueblo la voz y rompió en llanto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que cuando el Ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo lloró en alta voz. |
Y MIENTRAS oraba Esdras y hacía oración, llorando, y postrándose a tierra delante de la Casa de Dios, se juntó en derredor de él una grandísima asamblea de Israel, hombres, y mujeres, y niños; porque el pueblo lloraba con lloro grande.
Una reprensión hace más mella en el hombre entendido, que cien azotes en el insensato.
Con lloros vendrán, y en medio de suplicaciones yo los conduciré; los haré andar junto a corrientes de aguas, por caminos rectos en que no tropezarán: porque soy un Padre a Israel, y Efraim es mi primogénito.
Mas aun ahora, dice Jehová, volveos a mí de todo vuestro corazón; con ayuno también, y con llanto, y con lamentos;
Derramaré también sobre la casa de David, y sobre los habitantes de Jerusalem, espíritu de gracia y de suplicación; y mirarán a mí, a quien traspasaron; y se lamentarán a causa del que hirieron, como quien se lamenta a causa de un hijo único, y estarán en amargura por él, como uno que está en angustia por su primogénito.
Bienaventurados los que tenéis hambre ahora; porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora; porque reiréis.
y poniéndose detrás de él, junto a sus pies, llorando, comenzó a regar éstos con lágrimas, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y los besaba fervorosamente, y los ungió con el ungüento.
Porque el pesar que es según Dios obra el arrepentimiento para salvación, de que nunca se arrepiente; mas el pesar del mundo obra la muerte.
¡Afligíos, y gemid, y llorad! ¡cámbiese vuestra risa en llanto, y vuestro regocijo en pesadumbre!
Por tanto yo también he dicho: No los echaré más de delante de vosotros, sino que os serán adversarios, y sus dioses serán causa de vuestra ruina.
Y llamaron aquel lugar Boquim: y ofrecieron sacrificios allí a Jehová.
Vinieron pues los mensajeros a Gabaa de Saúl; y cuando hubieron referido estas palabras en oídos del pueblo, alzó todo el pueblo la voz y lloró.
Congregáronse pues en Mizpa; y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová; y ayunaron aquel día, y allí decían: ¡Hemos pecado contra Jehová! Y Samuel comenzó a juzgar a los hijos de Israel en Mizpa.