Del mandamiento de sus labios no me apartaré: más que mi porción diaria he apreciado los dichos de su boca.
Juan 4:32 - Biblia Version Moderna (1929) Mas él les dijo: Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús les respondió: —Yo tengo una clase de alimento que ustedes no conocen. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero él les contestó: 'El alimento que debo comer, ustedes no lo conocen. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Él les dijo: Yo tengo una comida para comer, que vosotros no sabéis.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él les contestó: 'Yo tengo para comer un alimento que vosotros no conocéis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. |
Del mandamiento de sus labios no me apartaré: más que mi porción diaria he apreciado los dichos de su boca.
¡Cuán dulces a mi paladar son tus dichos; más dulces que la miel a mi boca!
La privanza de Jehová es con los que le temen, y su pacto, para hacerles conocer su voluntad.
Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, y con labios de alegría te alabará mi boca,
El corazón conoce su propia amargura, y en su gozo no se entromete el extraño.
Del fruto de la boca de un hombre se saciará su vientre; y del producto de sus labios él se hartará.
Verá el fruto del trabajo de su alma, y quedará satisfecho: con su ciencia mi justo Siervo justificará a muchos; pues que él mismo cargará con sus iniquidades.
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tus palabras me eran el gozo y el regocijo de mi corazón; pues soy llamado de tu nombre, ¡oh Jehová, Dios de los Ejércitos!
Por tanto los discípulos decían entre sí: ¿Acaso alguien le ha traído de comer?
Jesús les dice: Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió, y acabar su obra.
En todo os dí ejemplo de cómo, trabajando así, debáis soportar a los débiles, y acordaros de las palabras del Señor Jesús, que él mismo dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del maná escondido; y le daré una piedrecita blanca. y esculpido en la piedrecita un nombre nuevo, que ninguno sabe sino aquel que lo recibe.