Porque dice, y se levanta un viento tempestuoso, que eleva las ondas de él.
Juan 3:8 - Biblia Version Moderna (1929) El viento de donde quiere sopla; y oyes su sonido, mas no sabes de donde viene, ni a donde va: así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Biblia Nueva Traducción Viviente El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu. Biblia Católica (Latinoamericana) El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu. La Biblia Textual 3a Edicion El espíritu° sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va, así es todo el que ha nacido del Espíritu. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El viento sopla donde quiere: tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así le sucede a todo el que ha nacido del Espíritu'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. |
Porque dice, y se levanta un viento tempestuoso, que eleva las ondas de él.
Él hace subir los vapores desde los cabos de la tierra, hace los relámpagos para la lluvia, y saca el viento de sus tesoros.
El viento va hacia el sur, luego gira hacia el norte; girando, girando va el viento; y torna continuamente a sus circuitos.
Entonces me dijo: ¡Profetiza al aliento! ¡profetiza, oh hijo del hombre! y di al aliento: Así dice Jehová el Señor: ¡Ven de los cuatro vientos, oh Aliento, y sopla sobre estos muertos para que vivan!
los cuales fueron engendrados, no de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
Y de repente fué hecho desde el cielo un estruendo, como de un viento fuerte que venía con ímpetu; y llenó toda la casa donde estaban sentados.
Y habiendo ellos orado, fué sacudido el lugar donde estaban congregados; y fueron todos llenos del Espíritu Santo; y hablaron la palabra de Dios con denuedo.
Pero todas estas cosas las obra aquel uno y mismo Espíritu, repartiendo a cada cual conforme él quiere.
¿Pues quién de los hombres conoce las cosas de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? así también las cosas de Dios nadie las conoce, sino el Espíritu de Dios.
Si sabéis que él es justo, sabed también que todo aquel que obra justicia, es engendrado de él.