¶Entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo se juntaron en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás;
Juan 11:47 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Por tanto los jefes de los sacerdotes y los fariseos reunieron el Sinedrio, y dijeron: ¿Qué hacemos? porque este hombre hace muchos milagros. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces, los principales sacerdotes y los fariseos convocaron al Concilio Supremo. «¿Qué vamos a hacer? —se preguntaron unos a otros—. Sin duda, ese hombre realiza muchas señales milagrosas. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron el Consejo y preguntaban: '¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos milagros. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron al Sanedrín y decían: ¿Qué haremos? porque este hombre hace muchas señales. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los pontífices y los fariseos reunieron el sanedrín y decían: '¿Qué hacemos, en vista de que este hombre realiza tantas señales? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces los príncipes de los sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros. |
¶Entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo se juntaron en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás;
Mas yo os digo, que todo aquel que se aira sin causa contra su hermano, quedará expuesto al juicio; y el que dijere a su hermano ¡Imbécil! quedará expuesto al concilio; y el que le dijere: ¡Insensato! quedará expuesto al fuego del infierno.
Y DOS días después era la Pascua y la fiesta de los Ázimos: y los jefes de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo, prendiéndole con artificio, le harían morir.
Y los jefes de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo pudieran destruirle: porque temían al pueblo.
Y los jefes de los sacerdotes y los fariseos habían dado orden, que si alguno supiese en dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.
Por tanto los fariseos dijeron entre sí: ¡Ya veis que no aprovecháis nada! ¡he aquí que el mundo se va tras él!
Este principio de sus milagros obró Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y creyeron en él los discípulos.
Y le siguió una gran muchedumbre de gentes, porque veían los milagros que hacía en los enfermos.
Los fariseos oyeron al pueblo murmurar así respecto de él; y los jefes de los sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para prenderle.
¶Vinieron, pues, los alguaciles a los jefes de los sacerdotes y los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído?
Oyendo pues esto, ellos entraron en el Templo, al despuntar el alba, y enseñaban. Entretanto, viniendo el sumo sacerdote y los que obraban de acuerdo con él, convocaron el Sinedrio, y todo el senado de los hijos de Israel; y enviaron a la prisión para hacerlos traer.
Cuando oyeron estas palabras el capitán del Templo y los jefes de los sacerdotes estaban muy perplejos con respecto a ellos, dudando en qué vendría a parar aquello.