Entretanto los Madianitas le vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.
Jeremías 39:9 - Biblia Version Moderna (1929) Y el resto del pueblo que había quedado en la ciudad, con los desertores que habían pasado a él, y el residuo del pueblo que aun quedaba, los deportó a Babilonia Nebuzaradán, capitán de la guardia. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó cautivas a Babilonia a las personas que quedaban en la ciudad, a las que habían desertado para unirse a sus filas y a todas las que quedaban. Biblia Católica (Latinoamericana) Nebuzardán, comandante de la guardia, desterró a Babilonia al resto de la población que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían rendido a él y a los pocos artesanos que aún había. La Biblia Textual 3a Edicion Al resto del pueblo que había quedado en la ciudad y a los que se habían pasado a ellos, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los hizo llevar cautivos a Babilonia, junto con el remanente del pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nabuzardán, jefe de la escolta, deportó a Babilonia al resto de la población que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado a él y al resto de los artesanos que quedaban. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, los trasportó a Babilonia Nabuzaradán, capitán de la guardia. |
Entretanto los Madianitas le vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.
Y de tus hijos que procedieren de ti, a quienes tú engendrares, algunos serán llevados, que serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.
Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, con lo que quedaba de la gente común, los llevó en cautiverio Nabuzaradán, capitán de la guardia.
a éstos pues los tomó Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia en Ribla.
Por tanto mi pueblo se ha ido en cautiverio por falta de ciencia; y sus nobles están muertos de hambre, y su multitud abrasada de sed.
Porque así dice Jehová: He aquí que esta vez arrojaré, como con una honda, a los habitantes del país, y los atribularé, de modo que, lo sientan.
Por lo tanto os arrojaré de esta tierra a una tierra que no habéis conocido, ni vosotros ni vuestros padres; y allí serviréis a otros dioses día y noche; porque no os mostraré favor.
Mas a semejanza de los higos malos que no pueden ser comidos, de tan malos que son, Jehová dice ciertamente así: En igual caso pondré yo a Sedequías rey de Judá, y a sus príncipes y al residuo de Jerusalem, que quedan aún en esta tierra, y los que habitan en la tierra de Egipto;
Mas el rey Sedequías respondió a Jeremías: Tengo miedo a los judíos que han desertado a los Caldeos, no sea que éstos me entreguen en su mano, y ellos sacien su venganza en mí.
EL oráculo que tuvo Jeremías de parte de Jehová, después que Nebuzaradán capitán de la guardia le despidió desde Ramá de Benjamín; cuando le había tomado, estando atado con cadenas en medio de todos los de la cautividad de Jerusalem y de Judá que fueron deportados a Babilonia.
¶Mas cuando todos los capitanes de las fuerzas que había en el campo, ellos y sus gentes, oyeron decir que el rey de Babilonia había hecho a Gedalías hijo de Ahicam gobernador en la tierra, y que le había encomendado los hombres y las mujeres y los niños, y algunos de los más pobres de la tierra, de aquellos que no habían sido deportados a Babilonia;
a éstos pues los tomó Nebuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia, en Ribla.
Y los hirió el rey de Babilonia, y les dió muerte en Ribla, en la tierra de Hamat. Así Judá fué llevado en cautiverio de sobre su propio suelo.
Entonces Daniel respondió avisada y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia real, que había salido a matar a los sabios de Babilonia;
y a vosotros os esparciré entre las naciones, y sacaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra será una desolación, y vuestras ciudades serán una soledad.
Y os esparcirá Jehová entre las naciones, y quedaréis pocos en número entre las naciones adonde os llevará Jehová.