Dijo entonces Abimelec a Isaac: Retírate de nosotros, porque eres mucho más fuerte que nosotros.
Éxodo 1:9 - Biblia Version Moderna (1929) el cual dijo a su pueblo: He aquí que el pueblo de los hijos de Israel va haciéndose mayor y más fuerte que nosotros. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey le dijo a su pueblo: «Miren, el pueblo de Israel ahora es más numeroso y más fuerte que nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) Miren que los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion y dijo a su pueblo: Ciertamente el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y dijo a su pueblo: 'El pueblo de los israelitas es más numeroso y fuerte que nosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más grande y más fuerte que nosotros: |
Dijo entonces Abimelec a Isaac: Retírate de nosotros, porque eres mucho más fuerte que nosotros.
Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre: no temas descender a Egipto; porque allí haré de ti una nación grande.
Porque al necio le mata el encono, y al simple le hace morir la envidia.
Dijo también Faraón: He aquí que el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros los hacéis descansar de sus cargas.
En la muchedumbre de su pueblo está la gloria del rey; y en la escasez de gente, la ruina del príncipe.
Cruel es la cólera, y diluvio destructor es la ira; mas ¿quién podrá estar en pie delante de la envidia?
Luego me puse a observar toda suerte de trabajos, y todo género de obra afortunada; y ví que por esto mismo el hombre es envidiado de su prójimo. ¡Esto también es vanidad y correr tras el viento!
¶Porque nosotros también éramos en un tiempo necios, desobedientes, engañados, sirviendo a diversas concupiscencias y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos los unos a los otros.
¿Pensáis acaso que la Escritura dice en vano, que el Espíritu que Dios hizo habitar en nosotros, suspira por nosotros con celos envidiosos?