¡séate ella como la amable cierva y la graciosa gacela; sus pechos te embriaguen en todo tiempo, y anda siempre ciego de su amor
Cantares 2:17 - Biblia Version Moderna (1929) ¡Hasta que refresque el día y declinen las sombras de la tarde, vuelve, oh amado mío, sé como el corzo, o como el cervatillo, sobre las montañas escarpadas! Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo Sobre los montes de Beter. Biblia Nueva Traducción Viviente Antes de que soplen las brisas del amanecer y huyan las sombras de la noche, regresa a mí, amor mío, como una gacela o un venado joven sobre montes empinados. Biblia Católica (Latinoamericana) Antes que sople la brisa del día
y huyan las sombras,
amado mío, vuelve,
como la gacela o el cabrito,
por los montes de las balsameras. La Biblia Textual 3a Edicion Hasta que refresque el día Y declinen las sombras. ¡Vuelve, oh amado mío! Sé como el corzo o el cervatillo, Sobre las montañas de Béter.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hasta que expire el día y las sombras se alarguen, vuelve, amado mío, igual que la gacela o como el cervatillo, por los montes de Béter. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de Beter. |
¡séate ella como la amable cierva y la graciosa gacela; sus pechos te embriaguen en todo tiempo, y anda siempre ciego de su amor
¡Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalem, por las gacelas, y por las ciervas del campo, que no despertéis y que no quitéis el sueño a mi amada, hasta que ella quiera!
¡Hasta que refresque el día y declinen las sombras de la tarde, iréme al monte de la mirra, y a la colina del olíbano!
¡Date prisa, oh amado mío, y sé como el corzo o como el cervatillo, sobre las montañas de los aromas!
a causa de las entrañas de misericordia de nuestro Dios, en las que nos visitará el Sol naciente, descendiendo de las alturas,
La noche está muy avanzada, y el día se acerca; desechemos pues las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
PORQUE la ley, teniendo meramente una sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, por medio de los mismos sacrificios, ofrecidos año por año, nunca puede perfeccionar a los que así se acercan a Dios:
los cuales sirven lo que es la mera representación y sombra de las cosas celestiales; así como Moisés fué amonestado por Dios cuando iba a construir el Tabernáculo; pues, Mira, le dice, que hagas todas las cosas conforme al diseño que te fué mostrado en el monte.
Y también tenemos, más firme, la palabra profética; a la cual hacéis bien en estar atentos, como a una lámpara que luce en un lugar tenebroso, hasta que el día esclarezca, y el lucero nazca en vuestros corazones;