se detiene, mas no puedo discernir su forma;una apariencia está ante mis ojos: hay silencio; entonces percibo una voz, que dice:
Apocalipsis 8:1 - Biblia Version Moderna (1929) Y CUANDO abrió el séptimo sello, sucedió silencio en el cielo por espacio como de media hora. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el Cordero rompió el séptimo sello del rollo, hubo silencio por todo el cielo durante una media hora. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se produjo en el Cielo un silencio como de media hora. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando abrió el séptimo sello, hubo un silencio en el cielo como de media hora. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando abrió el séptimo sello, fue hecho silencio en el cielo como por media hora. |
se detiene, mas no puedo discernir su forma;una apariencia está ante mis ojos: hay silencio; entonces percibo una voz, que dice:
Confía calladamente en Jehová, y espérale con paciencia; no te enojes a causa de aquel que prospera en su camino, a causa del hombre que practica inicuas intrigas.
Jehová empero está en su santo Templo: ¡guarde silencio delante de él toda la tierra!
¡Guarde silencio toda carne delante de Jehová, porque despierta ya, y sale de su santa morada!
Ellos pues se fueron, y sellando la piedra, aseguraron el sepulcro por medio de la guardia.
Y VÍ en la diestra de aquel que estaba sentado sobre el trono, el rollo de un libro, escrito por dentro y por fuera, y cerrado apretadamente con siete sellos.
Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres tú de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque fuiste inmolado, y has adquirido para Dios con tu misma sangre, hombres de toda tribu, y lengua, y pueblo, y nación;
Y VÍ cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos; y oí al primero de los cuatro seres vivientes, que decía, como con voz de trueno: ¡Ven!
¶Y ví cuando abrió el sexto sello; y sucedió un gran terremoto, y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se volvió toda roja como sangre,
¶Y cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: ¡Ven!
¶Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: ¡Ven! Y miré, y he aquí un caballo negro; y aquel que estaba sentado sobre él tenía una balanza en su mano.
¶Y cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: ¡Ven!
¶Y cuando abrió el quinto sello, ví debajo del altar las almas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Dios, y a causa del testimonio que mantenían: