¡Levántate, oh Jehová! ¡arróstrale, póstrale! ¡libra mi alma del inicuo con tu espada;
Apocalipsis 6:4 - Biblia Version Moderna (1929) Y salió otro caballo, rojo: y al que estaba sentado sobre éste, le fué dado quitar de la tierra la paz, y hacer que los hombres se matasen unos a otros; y le fué dada una grande espada. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces apareció otro caballo, de color rojo. Al jinete se le dio una gran espada y la autoridad para quitar la paz de la tierra. Y hubo guerra y masacre por todas partes. Biblia Católica (Latinoamericana) Salió entonces otro caballo de color rojo fuego. Al que lo montaba se le ordenó que desterrara la paz de la tierra y se le dio una gran espada para que los hombres se mataran unos a otros. La Biblia Textual 3a Edicion Y salió otro caballo, rojo encendido; y al que lo montaba le fue dado quitar la paz de la tierra, y que se mataran unos a otros; y le fue dada una gran espada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y salió otro caballo, rojo; a su jinete se le dio el poder de quitar la paz de la tierra y de hacer que los hombres se degollaran entre sí; y se le dio una gran espada. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y salió otro caballo, bermejo; y al que estaba sentado sobre él le fue dado poder de quitar la paz de la tierra, y que se matasen unos a otros; y le fue dada una grande espada. |
¡Levántate, oh Jehová! ¡arróstrale, póstrale! ¡libra mi alma del inicuo con tu espada;
y a causa de la grandeza que le dió, todos los pueblos y naciones y lenguas temblaron y se estremecieron delante de él. Al que le daba gana mató, y al que le daba gana concedió vida; al que le daba gana ensalzó, y al que le daba gana abatió.
Aquella noche ví que, he aquí, un hombre iba montado en un caballo rojo; y se detuvo entre los mirtos que había en una hondonada; y detrás de él había caballos rojos, alazanes y blancos.
En el primer carro había caballos rojos; y en el carro segundo, caballos negros;
¶No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.
Y oiréis hablar de guerras, y rumores de guerras: ved que no os turbéis; porque es menester que esto suceda; mas todavía no es el fin.
Jesús le respondió: No tendrías potestad alguna contra mí, si no te hubiera sido dada de arriba: por esto el que me ha entregado a ti, tiene mayor pecado.
Y fué visto otro prodigio en el cielo; y he aquí un grande dragón rojo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.
Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio irá; si alguno mata con espada, es preciso que él sea muerto a espada. En esto está la paciencia y la fe de los santos.
Y me llevó en el Espíritu a un desierto: y ví a una mujer sentada sobre una bestia de color escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
¶Y ví a aquella mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús. Y cuando la ví, me maravillé con grande admiración.