Y le dijo Labán: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; mas si hicieres esto conmigo, volveré a apacentar y a cuidar tu ganado.
2 Samuel 21:4 - Biblia Version Moderna (1929) Y los Gabaonitas le contestaron: No tenemos cuestión de plata y oro con Saúl y su casa; ni tenemos cuestión con otro hombre alguno en Israel, para hacerle morir. Y él les dijo: Cuanto me dijereis yo lo haré por vosotros. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis, haré. Biblia Nueva Traducción Viviente —Bueno, el dinero no puede resolver este asunto entre nosotros y la familia de Saúl —le contestaron los gabaonitas—. Tampoco podemos exigir la vida de cualquier persona de Israel. —¿Qué puedo hacer entonces? —preguntó David—. Solo díganme, y lo haré por ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) Los gabaonitas le respondieron: 'No tenemos ningún problema de plata o de oro ni con Saúl ni con su familia, ni tampoco queremos que haya más víctimas en Israel'. David les dijo: 'Haré por ustedes lo que me digan'. La Biblia Textual 3a Edicion Y los gabaonitas le respondieron: No nos importa la plata ni el oro de Saúl o de su casa, ni nos corresponde dar muerte a nadie en Israel. Y él dijo: Haré por vosotros lo que digáis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondiéronle los gabaonitas: 'No es cuestión de plata ni de oro la que tenemos con Saúl y su familia, ni queremos dar muerte a nadie en Israel'. Él les contestó: 'Yo haré por vosotros lo que me digáis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Haré por vosotros lo que digáis. |
Y le dijo Labán: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; mas si hicieres esto conmigo, volveré a apacentar y a cuidar tu ganado.
Y no aceptaréis rescate por la vida del homicida que es digno de muerte; sino que será muerto irremisiblemente.
Ni tampoco aceptaréis rescate por aquel que ha huído a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su país, hasta que muera el sumo sacerdote.