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2 Samuel 18:8 - Biblia Version Moderna (1929)

Porque la batalla se extendió allí sobre la superficie de todo el país; y el bosque mató más gente en aquel día que la que devoró la espada.

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Biblia Reina Valera 1960

Y la batalla se extendió por todo el país; y fueron más los que destruyó el bosque aquel día, que los que destruyó la espada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La batalla se extendió con furor por todo el campo, y perecieron en el bosque más hombres que los que murieron a espada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La batalla prosiguió luego por todo el sector y ese día perecieron más hombres en las barrancas del bosque que en el combate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y la batalla se extendió sobre la faz de toda aquella tierra; y el bosque mató más gente en aquel día que la que devoró la espada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se extendió la lucha por toda aquella región, y hubo aquel día mas gente devorada por el bosque que por la espada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y la batalla se extendió por todo el país; y fueron más los que consumió el bosque aquel día, que los que consumió la espada.

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2 Samuel 18:8
10 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y allí fué herida la gente de Israel delante de los siervos de David; y se hizo allí una muy grande mortandad en aquel día, de veinte mil hombres.


Por fin encontróse Absalom con los siervos de David. Y Absalom iba montado en un mulo; y pasando el mulo por debajo del ramaje de un gran roble, se le prendió fuertemente la cabeza en el roble; y él quedó suspendido entre el cielo y la tierra; y el mulo que tenía debajo de sí, pasó adelante.


Y huyeron los restos a Afec, dentro de la ciudad, donde cayó el muro sobre veinte y siete mil hombres de los que habían quedado: Ben-hadad también huyó, y entrando en la ciudad, se escondió en un aposento que estaba dentro de otro aposento.


¡Levántate, Jehová! ¡sálvame, Dios mío! porque tú heriste en la mejilla a todos mis enemigos; has quebrantado los dientes de los inicuos.


¡JÚZGAME, oh Dios, y defiende mi causa contra una nación impía! ¡líbrame de un hombre engañoso e inicuo!


Tú empero soplaste con tu viento; cubriólos el mar: ¡hundiéronse como plomo en las poderosas aguas!


¡Hijo mío, teme a Jehová y al rey; y no te asocies con los que son amigos de mudanza


porque de repente se levantará, cual torbellino, la calamidad de ellos; y nadie sabe cuándo será la destrucción de entrambos a dos.


Y sucedió que como ellos iban huyendo delante de Israel, en la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó sobre ellos piedras grandes desde el cielo, hasta que llegaron a Azeca, de manera que murieron; fueron más los muertos por las piedras de granizo, que aquellos que los hijos de Israel mataron a espada.