Y trájola Isaac a la tienda de su madre, y tomó a Rebeca; y ella fué su mujer, y él la amó. Así consolóse Isaac después de la muerte de su madre.
2 Samuel 13:39 - Biblia Version Moderna (1929) y el alma del rey David anhelaba salir a reunirse con Absalom; pues ya se había consolado respecto de Amnón, visto que era muerto. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y el rey David deseaba ver a Absalón; pues ya estaba consolado acerca de Amnón, que había muerto. Biblia Nueva Traducción Viviente Y el rey David, ya resignado de la muerte de Amnón, anhelaba reencontrarse con su hijo Absalón. Biblia Católica (Latinoamericana) después se consoló de la muerte de Amnón y se le pasó el enojo con Absalón. La Biblia Textual 3a Edicion Y el alma del rey David° ansiaba ver a Absalón, pues ya se había consolado por la muerte de Amnón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El espíritu del rey se consumía en deseos de ver a Absalón, pues ya se había consolado de la muerte de Amnón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el alma del rey David deseaba ir adonde estaba Absalón: porque ya estaba consolado acerca de Amnón que había muerto. |
Y trájola Isaac a la tienda de su madre, y tomó a Rebeca; y ella fué su mujer, y él la amó. Así consolóse Isaac después de la muerte de su madre.
Mas ya que tenías que irte, por lo mucho que anhelabas la casa de tu padre, ¿por qué hurtaste mis dioses?
Y levantáronse todos sus hijos y todas sus hijas para consolarle; mas él no quiso ser consolado, diciendo: ¡Porque descenderé a mi hijo lamentándome hasta la sepultura! De este modo le lloraba su padre.
Pasaron empero muchos días; y había ya muerto la hija de Sua, mujer de Judá, y habíase consolado Judá; y subía a ver los esquiladores de sus ovejas, él y su amigo Hira adullamita, a Timnat,
Y SUPO Joab hijo de Sarvia que el corazón del rey estaba inclinado hacia Absalom.
Mi alma se quebranta con el anhelo que tiene por tus juicios en todo tiempo.
¡Mi alma suspira y aun desfallece por los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne claman por el Dios vivo!
Tus hijos y tus hijas serán dados a otro pueblo, y tus ojos mirarán y desfallecerán por ellos todo el día, sin que tu mano pueda hacer nada.
porque tenía ardiente deseo de veros a todos vosotros, y estaba muy triste, por cuanto habíais oído que él estaba enfermo.