Pasaron empero muchos días; y había ya muerto la hija de Sua, mujer de Judá, y habíase consolado Judá; y subía a ver los esquiladores de sus ovejas, él y su amigo Hira adullamita, a Timnat,
2 Samuel 13:24 - Biblia Version Moderna (1929) Vino también Absalom al rey, y le dijo: He aquí que tu siervo hace el esquileo de sus ovejas; ruégote que el rey y sus siervos vayan con tu siervo. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y vino Absalón al rey, y dijo: He aquí, tu siervo tiene ahora esquiladores; yo ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo. Biblia Nueva Traducción Viviente Él fue adonde estaba el rey y le dijo: —Mis esquiladores ya se encuentran trabajando. ¿Podrían el rey y sus siervos venir a celebrar esta ocasión conmigo? Biblia Católica (Latinoamericana) Absalón dijo al rey: 'Ahora que tu servidor va a recibir a los esquiladores, venga el rey con toda su gente a mi casa'. La Biblia Textual 3a Edicion Y Absalón fue al rey y dijo: He aquí que tu siervo hace el esquileo; te ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se presentó, pues, al rey y le dijo: 'Mira: tu siervo está de esquileo; que venga el rey con sus servidores a casa de tu siervo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino Absalón al rey, y le dijo: He aquí, tu siervo tiene ahora esquiladores; yo ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo. |
Pasaron empero muchos días; y había ya muerto la hija de Sua, mujer de Judá, y habíase consolado Judá; y subía a ver los esquiladores de sus ovejas, él y su amigo Hira adullamita, a Timnat,
¶Y aconteció que a los dos años cumplidos, Absalom hacía el esquileo de sus ovejas en Baal-hazor, que está junto a Efraim; y Absalom convidó a todos los hijos del rey.
Y respondió el rey a Absalom: No, hijo mío, no vayamos todos, por no serte una carga pesada. Y porfió con él; mas él no quiso ir; pero le bendijo.
Cada uno habla mentira con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.
Los dichos de su boca son más blandos que manteca; pero hay guerra en su corazón: sus palabras son más suaves que el aceite; mas ellas son espadas desenvainadas.
Ahora pues he oído decir que haces el esquileo de tus ovejas. Ahora bien, cuando tus pastores estaban con nosotros, no les tratamos mal, y ellos no echaron menos cosa alguna todo el tiempo que estuvieron en el Carmelo.