Sin embargo, puesto que con este hecho has dado a los enemigos de Jehová sobrada ocasión de blasfemar, te digo también que el niño que te ha nacido morirá irremisiblemente.
2 Samuel 12:15 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Natán en seguida se fué a su casa; y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había parido a David, de modo que enfermó de muerte. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. Biblia Nueva Traducción Viviente Después que Natán regresó a su casa, el Señor le envió una enfermedad mortal al hijo que David tuvo con la esposa de Urías. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras Natán regresaba a su casa, Yavé hirió al hijo que la mujer de Urías había dado a David, que cayó enfermo. La Biblia Textual 3a Edicion Y Natán regresó a su casa. Y YHVH hirió al niño que la mujer de Urías había dado a luz a David, y se agravó. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y Natán se marchó a su casa. Hirió Yahveh al niño que la mujer de Urías le había dado a David, y enfermó gravemente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la esposa de Urías había dado a luz de David, y enfermó gravemente. |
Sin embargo, puesto que con este hecho has dado a los enemigos de Jehová sobrada ocasión de blasfemar, te digo también que el niño que te ha nacido morirá irremisiblemente.
Entonces David se puso a rogar a Dios por el niño; y observó riguroso ayuno, y entraba y pasaba las noches acostado en tierra.
Y Jehová hirió al rey, de manera que fué leproso hasta el día de su muerte, y habitaba en una enfermería; mientras tanto Joatam, hijo del rey, tenía el cargo del palacio, juzgando al pueblo de la tierra.
Y Jeroboam no volvió a cobrar fuerzas en los días de Abías; y le hirió Dios de modo que murió.
Escondes tu rostro, se turban; les quitas el aliento, expiran, y vuelven a su polvo.
Y al punto el ángel del Señor le hirió, por cuanto no dió la gloria a Dios: y, comido de gusanos, expiró.
Ved ahora que yo, yo solo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y hago vivir, yo hiero, y yo curo; y no hay quien libre de mi mano.
Y sucedió que, como a los diez días, Jehová hirió a Nabal de manera que murió.
Dijo más David: ¡Vive Jehová! que ora Jehová le herirá, o bien, le vendrá su día de morir, o descenderá a la batalla, y así perecerá.