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2 Samuel 1:16 - Biblia Version Moderna (1929)

diciéndole David: Tu sangre recaiga sobre tu propia cabeza; porque tu misma boca ha dado testimonio contra ti, diciendo: ¡Yo maté al ungido de Jehová!

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Biblia Reina Valera 1960

Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y David dijo: —Te condenaste a ti mismo al confesar que mataste al ungido del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

David dijo entonces: 'Recaiga tu sangre sobre tu cabeza. Tú mismo te condenaste cuando dijiste que habías herido de muerta al ungido de Yavé'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y David le dijo: ¡Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu boca atestiguó contra ti cuando dijiste: Yo maté al ungido de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

David le dijo: 'Caiga tu sangre sobre tu cabeza, pues tu boca testificó contra ti cuando dijiste: 'Yo he dado muerte al ungido de Yahveh''.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, porque tu boca ha testificado contra ti, diciendo: Yo he matado al ungido de Jehová.

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2 Samuel 1:16
24 Σταυροειδείς Αναφορές  

Púseme pues sobre él y le maté; porque conocía que no podía vivir, después de caído. Y tomé la diadema que tenía sobre su cabeza, y el brazalete que tenía en su brazo, y los he traído acá a mi señor.


Jehová ha hecho tomar sobre ti toda la derramada sangre de la casa de Saúl, en cuyo lugar has reinado; y ha dado Jehová el reino en mano de Absalom tu hijo;  y ¡héte aquí prendido en tus maldades; porque hombre sanguinario eres!


porque en el día que salieres, y pasares el torrente Cedrón, sabe con seguridad que morirás sin remedio: tu sangre recaerá sobre tu misma cabeza.


Tu propia boca, y no yo, te convence de maldad; sí, tus mismos labios testifican contra ti.


te has enlazado con los dichos de tu boca, has quedado preso en los dichos de tu boca.


presta a usura y toma ganancia, ¿y acaso vivirá? ¡No vivirá! todas estas abominaciones ha cometido; ciertamente morirá. Su sangre recaerá sobre él mismo.


Oyó el sonido de la trompeta, mas no tomó aviso; recae su sangre sobre él mismo; en tanto que si hubiera tomado aviso habría salvado su vida.


Y si una mujer se llegare a cualquiera bestia para ayuntarse con ella, matarás a la mujer y a la bestia: serán muertos irremisiblemente; recaiga su sangre sobre ellos.


Por tanto, el hombre o la mujer en quien haya espíritu pitónico, o que sea adivino, serán muertos irremisiblemente; los matarán a pedradas: recaiga su sangre sobre ellos.


¶Cualquier hombre pues que maldijere a su padre o a su madre será muerto irremisiblemente; ha maldecido a su padre o a su madre; recaiga su sangre sobre él.


Y todo el pueblo respondiendo, dijo:  ¡Recaiga su sangre sobre nosotros, y sobre nuestros hijos!


A éste le dice: ¡Por tu misma boca te juzgaré, siervo malvado! ¿Sabías que soy un hombre austero, que tomo lo que no deposité, y siego lo que no sembré?


Y cuando éstos se opusieron, y blasfemaron, sacudiendo sus vestidos, les dijo: ¡Recaiga vuestra sangre sobre vuestra misma cabeza; yo estoy limpio! ¡desde ahora me voy a los gentiles!


Por lo cual os testifico el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;


¶Mas sabemos que cuanto dice la ley, ella lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca enmudezca, y el mundo todo se tenga por reo delante de Dios.


para que no se derrame la sangre inocente en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia tuya, y así haya sobre ti delito de sangre.


Y será así, que la sangre de todo aquel que saliere de las puertas de tu casa afuera, será sobre su propia cabeza, y nosotros seremos sin culpa; pero en cuanto a todo aquel que estuviere contigo dentro de la casa, su sangre recaerá sobre nuestra cabeza, si mano alguna le tocare.


para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal viniese, y para que su sangre cayese sobre Abimelec su hermano, que los mató; y también sobre los vecinos de Siquem, los cuales fortalecieron sus manos para matar a sus hermanos.


Y cuando oyó David que había muerto Nabal, dijo: ¡Bendito sea Jehová que tomó a su cargo el vengarme del ultraje que recibí de mano de Nabal; y que ha impedido el que su siervo haga mal! pero la maldad de Nabal Jehová la ha hecho volver sobre su misma cabeza. Entonces envió David a tratar con Abigail de tomársela por mujer.


Pero David contestó a Abisai: No le destruyas; porque ¿quién extendió jamás su mano contra el ungido de Jehová, que fuese inocente?