Y dijo Josafat: El tiene oráculo de Jehová. Descendieron pues a donde él estaba el rey de Israel y Josafat y el rey de Edom.
2 Reyes 5:9 - Biblia Version Moderna (1929) Naamán pues vino con sus caballos, y con su carro de guerra, y paróse a la puerta de la casa de Eliseo. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Naamán fue con sus caballos y carros de guerra y esperó frente a la puerta de la casa de Eliseo; Biblia Católica (Latinoamericana) Fue pues Naamán con sus caballos y su carro y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. La Biblia Textual 3a Edicion Naamán fue pues con sus caballos y sus carros, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llegó Naamán con sus caballos y su carro y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. |
Y dijo Josafat: El tiene oráculo de Jehová. Descendieron pues a donde él estaba el rey de Israel y Josafat y el rey de Edom.
Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Anda, lávate siete veces en el Jordán, y se volverá sana tu carne, y serás limpio.
¶Mas aconteció que cuando Eliseo, el varón de Dios, supo que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió al rey, diciendo: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Ruégote venga él a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.
Entretanto Eliseo estaba sentado en su casa, y los ancianos de la ciudad estaban sentados con él; y envió el rey un hombre a este efecto. Mas antes que llegara el enviado a donde él estaba, dijo Eliseo a los ancianos: ¡Ved cómo ha enviado aquel hijo de homicida a quitarme la cabeza! Mirad que cuando llegue el enviado, le cerréis la puerta, y le rechacéis con la puerta misma; ¿acaso no se oye en pos de él el sonido de los pies de su señor?
Asimismo vendrán a ti, postrándose, los hijos de los que te afligieron; y a las plantas de tus pies se encorvarán todos los que te trataron con desprecio; y te llamarán la ciudad de Jehová; la Sión del Santo de Israel.