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2 Reyes 10:4 - Biblia Version Moderna (1929)

Mas ellos tuvieron grandísimo temor, y dijeron: He aquí que dos reyes no han podido parar delante de él, ¿cómo pues podremos resistirle nosotros?

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Biblia Reina Valera 1960

Pero ellos tuvieron gran temor, y dijeron: He aquí, dos reyes no pudieron resistirle; ¿cómo le resistiremos nosotros?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces se paralizaron de miedo y dijeron: «¡Hemos visto que dos reyes no pudieron contra este hombre! ¿Qué podemos hacer nosotros?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Quedaron aterrorizados y se dijeron: 'Si dos reyes no fueron capaces de hacerle frente, ¿cómo podremos hacerlo nosotros?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero ellos tuvieron gran temor, pues decían: He aquí los dos reyes no le resistieron, ¿cómo lograremos resistir nosotros?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero ellos se atemorizaron sobremanera y dijeron: 'Si dos reyes no han podido hacerle frente, ¿cómo vamos a resistirle nosotros?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas ellos tuvieron gran temor, y dijeron: He aquí dos reyes no pudieron resistirle, ¿cómo le resistiremos nosotros?

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2 Reyes 10:4
8 Σταυροειδείς Αναφορές  

escoged el mejor y más aparente de los hijos de vuestro señor, y ponedle sobre el trono de su padre, y pelead por la casa de vuestro señor.


En esto Jehú entesó su arco cuanto pudo, e hirió a Joram por entre las espaldas, de modo que le atravesó la flecha el corazón; y él cayó en su carro.


¶Entonces Ocozías rey de Judá, al ver esto, echó a huir por el camino de la Casa del Huerto; mas siguió tras él Jehú, exclamando: ¡También a éste heridle en el carro! lo cual hicieron en la subida de Gur, que está junto a Jibleam; y huyó a Meguido, y murió allí.


¡Pon siquiera en él tu mano! ¡acuérdate de la batalla! ¡no lo volverás a hacer!


Ya no tengo indignación contra ella: mas ¡pónganse las zarzas y los espinos en batalla contra mí! ¡marcharía contra ellos; los quemaría juntamente!


He aquí que viene el enemigo como león que sube de las espesuras del Jordán al pasturaje de lozanía perenne; pero yo haré que de repente corra él de allí; y a quien yo escogiere, le nombraré sobre él. Porque ¿quién hay como yo? ¿y quién me llamará a juicio? ¿o cuál es el pastor que pueda ponérseme delante?


Delante de su indignación ¿quién podrá estar en pie? ¿o quién aguantará el ardor de su ira? ¡derrámase como fuego su encono, y los peñascos se despedazan con él!


¿O cuál rey, saliendo al encuentro de otro rey, no se sienta primero y consulta, si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?