Entonces ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo que ver contigo, oh varón de Dios? ¿has venido a mí para renovar la memoria de mi pecado, y para hacer morir a mi hijo?
2 Reyes 1:9 - Biblia Version Moderna (1929) Por lo cual envió el rey un capitán de cincuenta hombres con sus cincuenta; el cual subió a donde él estaba; pues he aquí que estaba sentado sobre la cumbre de un monte; y le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho: Desciende. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Luego envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a donde él estaba; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y el capitán le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces envió a un capitán del ejército con cincuenta soldados para que lo arrestaran. Lo encontraron sentado en la cima de una colina, y el capitán le dijo: —Hombre de Dios, el rey te ordena que vengas con nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) Despachó entonces a cincuenta hombres con su jefe, que subieron para buscar a Elías; éste estaba sentado en la cumbre de un cerro. El jefe le gritó: '¡Hombre de Dios, por orden del rey, baja!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces le envió un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a él (pues estaba sentado en la cumbre del monte), y le dijo: ¡Varón de Dios, el rey ha ordenado que bajes! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y mandó un jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres, que salió en busca de él. Lo hallaron sentado en la cima del monte. El jefe le dijo: 'Hombre de Dios, el rey ordena que bajes'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a él; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y él le dijo: Varón de Dios, el rey dice que desciendas. |
Entonces ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo que ver contigo, oh varón de Dios? ¿has venido a mí para renovar la memoria de mi pecado, y para hacer morir a mi hijo?
¡Vive Jehová tu Dios! que no hay nación o reino adonde no haya enviado mi señor a buscarte; y cuando decían: No está; exigía juramento a aquel reino, o a aquella nación, de que no te podían hallar.
pues había acontecido, cuando Jezabel iba extirpando a los profetas de Jehová, que Abdías tomó a cien profetas, y los escondió, cincuenta en una cueva, y cincuenta en otra; y los sustentó con pan y agua);
Subió pues Acab para comer y beber. Entretanto Elías había subido a la cumbre del Carmelo; y postrándose en tierra, puso su rostro entre sus rodillas.
Por lo cual envió Jezabel un mensajero a Elías, diciendo: ¡Así hagan conmigo los dioses, y más aún, si mañana, como a estas horas, no pongo yo tu vida como la vida de cualquiera de ellos!
Y respondió el rey de Israel a Josafat: Todavía hay un hombre por medio de quien pudiéramos consultar a Jehová; pero yo le aborrezco, porque nunca profetiza acerca de mí cosa buena, sino siempre mala; es a saber, Micaya hijo de Imla. A lo cual respondió Josafat: No hable el rey así.
¶Caminó pues, y vino al varón de Dios en el monte Carmelo. Mas cuando el varón de Dios la vió desde lejos, dijo a Giezi su criado: ¡He allí a esa Sunamita!
y los llevé a la Casa de Jehová, a la cámara de los hijos de Hanán hijo, de Igdalías, varón de Dios, la que estaba junto a la cámara de los príncipes, que estaba encima de la cámara de Maaseya hijo de Sallum, guarda de la puerta;
¶Amasías dijo también a Amós ¡Oh vidente, anda, huye a la tierra de Judá, y come allí tu pan, y profetiza allí!
Porque Herodes había prendido a Juan, y le había aherrojado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe, su hermano:
Y cuando hubieron tejido una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha; y doblando la rodilla delante de él, hacían burla de él, diciendo: ¡Salve, Rey de los Judíos¡
¶Y los que pasaban le decían injurias, meneando la cabeza, y diciendo: ¿Ea! ¡tú que derribas el Templo, y en tres días lo reedificas,
¡El Cristo, el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz para que veamos y creamos! También los que estaban crucificados con él, le ultrajaban.
Y viendo esto sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que baje fuego del cielo, que los consuma, como también lo hizo Elías?
y otros tuvieron prueba de escarnios y azotes, y también de prisiones y cárceles:
De lo cual avisaron a Saúl; y envió otros mensajeros, los cuales también profetizaron. Entonces tornó Saúl a enviar mensajeros la tercera vez; y profetizaron ellos también.