Lo hice hermoso en la muchedumbre de sus ramas, de modo que le tenían envidia todos los árboles del Edén, que estaban en el jardín de Dios.
2 Corintios 12:4 - Biblia Version Moderna (1929) fué arrebatado al Paraíso, y oyó palabras inefables, que no es lícito a un hombre hablarlas. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. Biblia Nueva Traducción Viviente que fui llevado al paraíso y oí cosas tan increíbles que no pueden expresarse con palabras, cosas que a ningún humano se le permite contar. Biblia Católica (Latinoamericana) fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras no habladas y que nadie sabría expresar. La Biblia Textual 3a Edicion que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que no es dado al hombre expresar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que a un hombre no le es lícito proferir. Biblia Reina Valera Gómez (2023) que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables, que al hombre no le es lícito expresar. |
Lo hice hermoso en la muchedumbre de sus ramas, de modo que le tenían envidia todos los árboles del Edén, que estaban en el jardín de Dios.
Y extendió la forma de una mano, y me cogió por una guedeja de mi cabeza; y me elevó el Espíritu entre la tierra y el cielo, y me llevó a Jerusalem en visiones de Dios, a la entrada de la puerta de adentro, que mira hacia el norte; donde estaba el asiento de la imagen de los celos, la cual provoca a celos al Señor.
Y Jesús le respondió: En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Y cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe: y el eunuco no le vió más. Y prosiguió su camino gozoso.
SI yo hablare las lenguas de los hombres, y de los ángeles, mas no tuviere amor, soy como bronce que resuena, o címbalo que retiñe.
Yo conozco a un hombre en Cristo, el cual, catorce años ha (ora en el cuerpo, no lo sé, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fué arrebatado hasta el tercer cielo.
luego, nosotros los vivientes, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos a las nubes, al encuentro del Señor, en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.
Y dió a luz un hijo varón, que ha de regir todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fué arrebatado hasta Dios, y hasta su trono.
Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del Paraíso de Dios.